La campanada blanca de maitines al seráfico artista ha despertado, y, al ponerse a pintar, tiene a su lado un coro de rosados querubínes. Y ellos le enseñan cómo se ilumina la frente y las mejillas ideales de María, los ojos virginales, la mano transparente y ambarina. Y el candor…
Machado
Fue en la mañana de la vida… Altares en la campiña que el sol riega. Coro al sublime Cantar de los Cantares. Regias suntuosidades. Cedro y oro. Una figura de mujer fulgura, corazón del paisaje, sonriente… Sulamita, de noche, en la espesura… Rebeca, bajo el sol, junto a la fuente……
I Morir es… Una flor hay, en el sueño —que, al despertar, no está ya en nuestras manos—, de aromas y colores imposibles… Y un día sin aurora la cortamos. II Dichoso es el que…
Árboles, plantas —¡mi campo!—, con vuestro secreto inmenso, de magníficas latencias y de implicaciones lleno, acudidme, habladme. Dadme, aguas, vuestro limpio espejo para que yo al fin me vea, que he vivido siempre huyendo de mí mismo, y ya no sé lo que soy ni lo que quiero!… Ayudad a…
Antonio, en los acentos de Cleopatra encantado, la copa de oro olvida que está de néctar llena. Y, creyente en los sueños que evoca la sirena, toda en los ojos tiene su alma de soldado. La reina, hoja tras hoja, deshojando sus flores, en la copa de Antonio las deja…
Ven, reina de los besos, flor de la orgía, amante sin amores, sonrisa loca… Ven, que yo sé la pena de tu alegría y el rezo de amargura que hay en tu boca. Yo no te ofrezco amores que tú no quieres; conozco tu secreto, virgen impura; Amor es enemigo…
I CARMEN Cuando al caer la tarde, como un suspiro, orea los rumorosos patios del barrio de Triana, y el cabello de Carmen, que de negro azulea, y sus ojos, en donde amor florece y grana… Envuelto en ese halo de gracia, que defiende al hombre que es amado de…
Alma son de mis cantares, tus hechizos… Besos, besos a millares. Y en tus rizos, besos, besos a millares. ¡Siempre amores! ¡Nunca amor! Los placeres van de prisa: una risa y otra risa, y mil nombres de mujeres, y mil hojas de jazmín desgranadas y ligeras… Y son copas no…
Cabe la vida entera en un soneto empezado con lánguido descuido, y, apenas iniciado, ha transcurrido la infancia, imagen del primer cuarteto. Llega la juventud con el secreto de la vida, que pasa inadvertido, y que se va también, que ya se ha ido, antes de entrar en el primer…
Al contemplar la juventud forzada de este cuerpo flexible y aun ligero, la inclinación garbosa del sombrero y el fuego inextinguido en la mirada… Aun es gallarda la apostura, aun tiene gentil empaque la real persona de esta arrogante vieja, esta amazona, mejor montada de lo que conviene. Y en…