Beirut – La crisis del Líbano se ha teñido de sangre y vuelve a reavivar en muchos libaneses las pesadillas que aún no ha sido superada del todo, de los años de carnicería y violencia de la guerra civil. Después del asesinato de los siete manifestantes chiíes el jueves 14 de octubre en Beirut por francotiradores apostados en los tejados del barrio “cristiano” de Tayouneh, el partido de Hezbolá y la prensa chiíta atacaron frontalmente a los milicianos de las Fuerzas Libanesas – Partido dirigido por el líder cristiano Samir Geagea – como autores de la masacre, que niega las acusaciones de haber llevado a cabo una “emboscada” premeditada, alegando que lo sucedido era un acto de auto-defensa de los habitantes del barrio ante los ataques y provocaciones de los militantes chiíes. En los medios de comunicación y en las aportaciones de algunos analistas, resurge la retórica sectaria sobre las milicias que se dedican a “defender” y “proteger” los barrios llamados “cristianos” de las incursiones de los grupos vinculados a los partidos chiíes de Hezbolá y Hamás. Pero el sacerdote maronita Rouphael Zgheib, director nacional de las Obras Misionales Pontificias, da la voz de alarma: “Muchos signos -explica el padre Zgheib a la Agencia Fides- muestran que una vez más la tierra libanesa, sumida en una crisis sin precedentes, sigue siendo un campo de batalla para los juegos geopolíticos regionales y mundiales. Los que juegan a este juego saben muy bien que en el Líbano, para hacer saltar todo por los aires, es necesario inflamar los conflictos sectarios, y luego revestir sus movimientos con esa apariencia. Pero muchos libaneses también lo saben bien. Todo el mundo vio cómo se llevaron a cabo estas operaciones durante los terribles años de la guerra civil. Nadie ha olvidado esto, y nadie quiere volver a esa época atroz”.
La masacre del jueves tuvo lugar después de que una manifestación de militantes de Amal y Hezbolá entrara en el barrio cristiano de Tayouneh, donde los militantes de las Fuerzas Libanesas tienen sus raíces históricamente, cerca de la línea de demarcación que dividía los barrios cristianos y chiítas de Beirut durante el conflicto sectario que comenzó en 1975. La manifestación fue convocada por Amal y Hezbolá para exigir la destitución del juez Tarek Bitar, responsable de la investigación que tiene en el punto de mira a los hombres de Amal -partido dirigido por el presidente del Parlamento, Nabih Berri- por su presunta responsabilidad penal en las trágicas explosiones que devastaron el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020.
En el enrevesado escenario político libanés, aún más incandescente por la crisis social y económica que está poniendo de rodillas al país, las facciones políticas locales y sus respectivos referentes geopolíticos regionales y mundiales pretenden ganar terreno de cara a las elecciones previstas para el próximo año. Según algunos analistas, en este contexto, los militantes de las Fuerzas Libanesas vuelven a hacer gala de los argumentos de lógica miliciana propios de los años de la guerra civil, intentando ganarse la reputación de “protectores de los cristianos” frente a las estrategias prevaricadoras de las fuerzas políticas chiíes. Fuentes libanesas contactadas por la Agencia Fides invitan a tener en cuenta los factores geopolíticos que condicionan el complicado escenario libanés, donde las alianzas son siempre cambiantes y parecen a punto de ceder incluso alineaciones de fuerzas que en los últimos años parecían más que sólidas. Hezbolá y Amal, formaciones chiítas que se enfrentaron militarmente durante la guerra civil, parecen estar ahora unidas por un eje de hierro. Los hombres de Amal, no llevan nada bien la investigación del juez Bitar, y los siete manifestantes asesinados por francotiradores el pasado jueves, pertenecían todos a Amal. En el frente geopolítico, Hezbolá sigue vinculado a Irán, mientras que los lazos de Berri con Estados Unidos son bien conocidos. El pasado jueves, en el mismo momento de la masacre de Beirut, Victoria Nuland, asistente del Secretario de Estado de EEUU, Tony Blinken, visitaba la capital libanesa. En las declaraciones que hizo al final de su viaje relámpago, aseguró una nueva ayuda financiera de EEUU al ejército libanés y calificó de inconsistentes las promesas de Irán según las cuales apoyará la economía libanesa. Al mismo tiempo, en los últimos días, círculos cercanos a los dirigentes de Amal han acusado al presidente Michel Aoun de apoyar políticamente las investigaciones del juez Bitar como una forma de ‘captatio benevolentiae’ para restablecer unas relaciones menos tensas con la actual administración estadounidense. Detalles controvertidos, a veces contradictorios, que hacen aún más evidente lo banal y engañoso que resulta invocar el “enfrentamiento” entre cristianos y musulmanes como clave hermenéutica para entender las dinámicas en juego en el intrincado escenario libanés. Desde hace mucho tiempo, el sectarismo y los contrastes confesionales se utilizan como vehículo de provocaciones terroristas o militares, destinadas a modificar el frágil equilibrio de poder y a sabotear la perspectiva de una coexistencia pacífica entre diferentes.
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bookmark_borderAMÉRICA/NICARAGUA – Petición de investigación sobre la masacre de 13 indígenas
Matagalpa – “Podemos, detenernos, dialogar, corregir, perdonarnos, sin exclusión, sobre la base del derecho fundamental a la verdad , establecer un documento que defina las reglas básicas, mínimas y no excluyentes, para lograr una organización social que viva en convivencia y paz”, dijo Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa, al lanzar un llamado a la paz el pasado domingo 29 de agosto, tras el asesinato de un grupo de indígenas en el norte del país a manos de colonos.
El 27 de agosto, la organización civil “Gobierno de las Mujeres Mayangnas” de Nicaragua denunció que al menos 18 indígenas habían sido asesinados en la cima de una montaña en la zona denominada Caribe Norte supuestamente por “colonos”. Unos días después, la organización no gubernamental Articulación de Movimientos Sociales confirmó la “masacre indígena” y cifró en 13 el número de muertos. De ellos, dos son mujeres que también fueron violadas. Entre las víctimas se encuentra un niño de seis años, ocho nativos miskitos y dos mayangnas. Tanto el Gobierno de las Mujeres Mayangnas como el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos han pedido a las autoridades nacionales que investiguen el caso, pero hasta ahora no ha habido ninguna declaración oficial sobre el crimen denunciado.
“Debemos ser osados -dijo Mons. Álvarez en su homilía dominical-, asumamos el reto, escribamos nuestra acta de independencia, de justicia, de paz, de seguridad, y pongámosla en práctica; sólo así viviremos y tomaremos posesión de la tierra que el Señor nos promete”, reiteró el Obispo de Matagalpa.
Según datos recogidos por la Agencia Fides, los pueblos indígenas y de origen africano de Nicaragua viven en 304 comunidades establecidas en 23 territorios, la mayoría en las zonas más pobres y aisladas del país. El Centro por la Justicia y el Derecho Internacional , que viene investigando los asesinatos contra los pueblos indígenas en Nicaragua, ha dado la voz de alarma porque estas poblaciones están en riesgo de ser exterminadas debido a la constante invasión de sus territorios.
bookmark_borderASIA/IRAQ – Masacre en la víspera de la fiesta islámica. El patriarca Sako escribe a los “hermanos musulmanes”: las luchas fratricidas abren las puertas del infierno
Bagdad – “Tenemos dos opciones: o nos unimos y cooperamos para que nuestro país se recupere por completo, o persistimos en perpetuar nuestras luchas, y abrimos – Dios no lo quiera – las puertas del infierno”. El cardenal iraquí Louis Raphael Sako, patriarca de Babilonia de los Caldeos, ha usado este tono lapidario y fuerte en el mensaje que ha dirigido a los hermanos y hermanas islámicos con vistas al Eid al Adha, la “Fiesta del Sacrificio” que este año las comunidades islámicas de todo el mundo celebran el 21 de julio.
Las palabras del Patriarca son aún más elocuentes tras el atentado terrorista perpetrado ayer, lunes 19 de julio, en un mercado popular del barrio de Ciudad Sadr, al este de la capital iraquí, habitado mayoritariamente por chiíes. La acción terrorista, obra de una terrorista suicida con cinturón de explosivos, ha causado al menos 35 muertos y 60 heridos y ha sido reivindicada por la sigla yihadista del Estado Islámico .
El atentado del lunes 19 de julio ha sido el tercer atentado en un mercado popular de Sadr City desde principios de 2021. En su mensaje de felicitación y bendición dirigido a los musulmanes con motivo del Eid al Adha, el patriarca Sako recuerda “las difíciles condiciones políticas, de seguridad, económicas y sanitarias que presionan a las personas y fomentan la inestabilidad social”, e invita a todos los iraquíes “a unirse para liberar a su país de ser rehén de la corrupción y el conflicto”. “Se trata -señala el cardenal iraquí- más de un dilema ético que político y económico”. El patriarca también invita a todos los iraquíes a recordar los versos del Corán que profetizan el día en que “quien haya hecho incluso el peso de un átomo de bien lo verá, y quien haya hecho incluso el peso de un átomo de mal lo verá”. .
“Nosotros – añade el Patriarca -, tenemos dos opciones: o nos unimos y cooperamos para que nuestro país se recupere por completo, o persistimos en perpetuar nuestras luchas, y así abrimos – Dios no lo quiera – las puertas del infierno”.
La fiesta del Eid al Adha conmemora la prueba de obediencia a Dios dada por Abraham, que estuvo dispuesto a sacrificar la vida de su hijo Isaac si esa era la voluntad de Dios. El sacrificio ritual que los clanes familiares y las comunidades realizan durante la fiesta recuerda al sacrificio de un carnero realizado por Abraham, después de que el Ángel detuviera su mano para que no sacrificase a Isaac.
bookmark_borderAMERICA/MEXICO – Tras la última masacre en Reynosa: “No se puede aceptar vivir con miedo”
Reynosa – “La gente de Reynosa está herida, conmocionada y aterrorizada … lamentablemente estamos acostumbrados a la violencia, que no debería ser, ya que todos tenemos derecho a una vida segura y en paz”: estas son las palabras de Mons. Eugenio Andrés Lira Rugarcía, obispo de la diócesis de Matamoros, Tamaulipas, frente a la muerte violenta de 15 personas, asesinadas por un grupo armado en el municipio de Reynosa, estado de Tamaulipas el sábado 19 de junio. Aunque aún no se conoce al autor de esta masacre, se sabe que las víctimas eran civiles comunes, entre ellos un taxista, un estudiante de enfermería, algunos trabajadores obreros. Las autoridades informaron inicialmente que se trataba de un enfrentamiento entre cárteles de la droga, pero luego quedó claro que se trataba de una acción para sembrar el terror y dejar un mensaje criminal entre la gente.
Tamaulipas es un estado ubicado en la frontera con Texas, donde desde hace algún tiempo operan varios grupos dedicados al narcotráfico y tráfico de personas a Estados Unidos, como el Cartel del Golfo. El sábado 26 de junio, parte de la población de Reynosa salió a las calles dando vida a una manifestación en las principales calles de la ciudad, pidiendo la paz: “Queremos vivir en Paz”, se lee en los carteles de los manifestantes. Aunque fueron cerca de un centenar de personas, los dirigentes de las asociaciones civiles que organizaron la marcha destacaron que la gente tiene miedo incluso de salir de casa. Esta semana hubo un “toque de queda voluntario”: nadie en la calle después de las 5 de la tarde, incluso las tiendas cerraron a esa hora, una señal de miedo y protección.
Mons. Lira Rugarcía dijo a la prensa que “muchas familias han tenido que enterrar a sus seres queridos con dolor: padres, hermanos, hijos y amigos, que les han sido arrebatados injustamente. ¡Es horrible!” El obispo de Matamoros celebró una misa por las víctimas de la masacre del 19 de junio, el pasado jueves 24 de junio, pero hubo muy poca gente por miedo. “Es una cosa injusta que pocos tengan que obligar a todos a no poder salir de casa para ir a trabajar, ir a la iglesia, visitar familias. No se puede aceptar vivir con miedo. Es un daño emocional, físico, social. Espiritual y económico “comentó el obispo.
El Santo Padre Francisco, con una carta dirigida a Mons. Lira Rugarcía, firmada por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, envió su mensaje condenando el hecho violento: “Habiendo conocido la triste noticia del sangriento enfrentamiento que tuvo lugar en Reynosa, en la que han perdido la vida muchas personas inocentes, el Santo Padre renueva su firme condena por este episodio de violencia injustificable ”.