Acta de la Unión
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La Act of Union de 1707 significó la definitiva unión entre los Reinos de Inglaterra y Escocia. La desconfianza mutua entre ambos países había evitado de facto su unión a lo largo del siglo XVII, a pesar de la unión personal encarnada en la figura de un soberano común. Los escoceses tenían miedo de que les ocurriera lo que había pasado con Gales unos 400 años antes, cuyo reino había sido literalmente engullido por el inglés. Por su lado, los ingleses veían la alianza de Escocia con Francia, Auld Alliance, como una potencial amenaza: el ejército inglés estaba formado mayoritariamente por soldados escoceses reclutados.
El acta fue definitivamente aprobada en el Parlamento escocés el 16 de enero de 1707. Faltaban muchos de sus miembros y los pocos reticentes fueron sobornados, "comprados y vendidos por oro inglés" (Robert Burns).
Escocia mantuvo su independencia en cuanto a sus sistemas legal y religioso, pero la moneda, el comercio, los impuestos, la soberanía y la bandera (la Union Jack, superposición exacta de ambas banderas) pasaron a ser comunes. El Parlamento escocés fue disuelto y no volvió a ser restablecido hasta casi 300 años después.
