Anacoluto
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Etimología: proviene del latín anacoluthon y éste, del griego anakóluthos (que a su vez, significa ‘que no sigue, inconsecuente’. Es un derivado de akóluthos ‘compañero de camino’)
El anacoluto, también denominado solecismo, es la expresión incorrecta que se produce al cambiar de construcción a mitad de la frase dejando aislado algún término al que le falta la correspondiente concordancia con la primitiva intención del emisor del mensaje; es, pues, una inconsecuencia en la construcción de la frase, y caracteriza el habla descuidada y coloquial:
- "Yo es que, bueno, no me parece muy oportuno", por: "[A mí es que,] Bueno, no me parece muy oportuno".
- "La filosofía antigua se encuentran muchos personajes importantes que sobresalieron en esa época". ("En la filosofía antigua se encuentran muchos personajes importantes que sobresalieron en esa época").
- "Mira [dice Lotario] que el que busca lo imposible, es justo que lo posible se le niegue." (Quijote, I, XXXIII) (" Mira [dice Lotario] que al que busca lo imposible es justo que lo posible se le niegue".)
- "En los países tercermundistas no cuentan con una tecnología que les permita tener un sector industrial importante" ("Los países tercermundistas no cuentan...). (Si bien en este ejemplo la frase resultante no es sintácticamente incorrecta, su significado se ve alterado, aunque mínimamente, por el anacoluto).
Síntesis: Anacoluto es el abandono de una construcción sintáctica para adoptar otra, de modo que se rompe la coherencia de la oración; además de su uso coloquial también es una figura poética de nivel morfosintáctico.