Araure
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Araure Ciudad capital del Municipio del mismo Nombre en el estado Portuguesa (Venezuela). La ciudad fue fundada a principios de mayo de 1696 por el Misionero Capuchino Fray Idelfonso de Zaragoza.
[editar] Historia
La ciudad de Araure fundada a principios de mayo de 1696, debe su erección al Misionero Capuchino Fray Idelfonso de Zaragoza.
En 1692, en un viaje a España, este misionero presentó al Rey un extenso memorial, en la cual pedía la fundación de una Villa como la de San Carlos, para resguardo y sostén de los pueblos indígenas de aquella región. El Consejo de Indias hizo un estudio detenido del referido memorial y dirigió al Capitán General y al Obispo de Venezuela las indicaciones para el cumplimiento de la voluntad del Soberano.
El Capitán General comisionó al Sargento Mayor D. José Ramírez de Arellano, para que de acuerdo con Fray Idelfonso de Zaragoza, se fijara el sitio propicio para la fundación de la nueva Villa, ambos de acuerdo señalaron un sitio adecuado para el asiento, inmediato a la Quebrada de Armo en la cual plantaron una gran cruz de madera.
Juan García Campero fue nombrado Teniente y Justicia Mayor de la nueva Villa y actuó con tanta habilidad que logró comprometer a 42 vecinos, que fueron los pobladores de la nueva Villa, a comienzos de mayo del año 1696.
Por motivos que desconocemos, pocos meses después, Juan García Campero, a principios de 1697, haciendo caso omiso de lo dispuesto por Ramírez de Arellano, se cambió para otro sitio, situado en las inmediaciones de la quebrada de Araure y a cortísima distancia del pueblo de San Miguel de Acarigua, en tierras y siembras de los vecinos de este pueblo, y allí, a toda prisa, levantó una modesta iglesia de bahareque y algunos bohíos de palo y paja.
Al darse cuenta los de Acarigua del atropello ejercido contra ellos, llevaron rápidamente quejas ante el Capitán General. Este despachó mandamiento al Corregidor del pueblo de Indios, Don Francisco Adan Granados, para que pusiese remedio a lo ocurrido. Habiéndose presentado Granados al lugar donde García Campero levantaba la iglesia, fue detenido y reducido a prisión.
Víctimas de injustificables atropellos, el Cacique de San Miguel de Acarigua, Antonio del Castillo, acudió personalmente a la autoridad del Capitán General en Caracas, presentando sus quejas ante él. Este dictó las órdenes justificativas a favor de los indios, pero el pueblo siguió ocupando el nuevo asiento.
