Barranco del Alamín
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El Barranco del Alamín es un barranco natural situado en la parte norte de la ciudad de Guadalajara en España. Fue utilizado como barrera defensiva junto con el barranco de San Antonio y el Río Henares de dicha ciudad desde sus orígenes.
Se levantaron murallas de origen árabe, siendo después reformadas por los cristianos después de la reconquista de la ciudad en el 1085 por Alvar Fañez de Minaya, primo del Cid Campeador, que flanqueaban todo el barrio musulmán y parte del judío, desde el Álcazar Real hasta la puerta de Bejanque, pasando por la del Torreon del Alamín con su puente de las Infantas, edificado en los años de reinado de Sancho IV y llamado así por sus hijas, señoras de Guadalajara.
Con la llegada de los siglos XIX y XX la figura de las murallas pierde su valor estratégico defensivo y se van derribando poco a poco dando paso al ensanche de la ciudad. En la actualidad, en el año 2006, dicho enclave natural, después de varios años de olvido y abandono se ha convertido en un magnífico paseo fluvial, bordeando todo el manantial natural del barranco, con pistas deportivas y jardines de especies autóctonas de la zona, habiendo recientemente rescatado del olvido y en trámites de restauración varios lienzos de la antigua muralla que discurría por dicho lugar.