Calatrava (Ciudad Real)

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Para otros usos de este término, véase Calatrava.

La antigua ciudad de Calatrava, conocida desde el siglo XIII como Calatrava la Vieja, se encuentra situada en la provincia de Ciudad Real (España), a unos 20 km al norte, y en el término municipal de Carrión de Calatrava.

El nombre de Calatrava viene del árabe, Qal'at Rhabat (pronunciado calat Rabat, significando castillo Rabat), que fue adaptado al castellano cuando este castillo fue tomado durante la Reconquista.

En la actualidad Calatrava la Vieja es uno de los yacimientos arqueológicos de origen islámico de mayor importancia en el territorio español. La importancia de los restos existentes obedece al importante desarrollo que Calatrava alcanzó durante un periodo comprendido entre 785, fecha de la primera mención documental conocida sobre su existencia y 1212, año en el que se origina el imparable proceso de decadencia que motiva que a comienzos del siglo XVI la ciudad se encontrara prácticamente abandonada.

Calatrava la Vieja se sitúa en un enclave de extraordinaria importancia estratégica, en la península fluvial configurada en la confluencia del río Guadiana y el arroyo de Valdecañas, y en lo alto de un cerro amesetado desde donde se controla el cruce del río. Por este paso transitaba el camino de Córdoba a Toledo, a cuyo control debía la ciudad gran parte de su importancia.

Pese a que en la misma localización se han encontrado restos de época ibera que hablan de un asentamiento de gran importancia, no existen restos que permitan suponer la existencia de ocupación en época romana o visigoda, a consecuencia, seguramente, de lo insalubre del entorno.

La época de mayor esplendor de la ciudad se inicia con la refundación realizada por al-Hakam, hermano del emir Muhammad I, tras la destrucción por rebeldes toledanos en 853. Entre esta fecha y 1147, la ciudad se convirtió en la capital de una amplia región cuyo dominio se disputaban los reinos de Sevilla, Córdoba y Toledo.

En 1147 la ciudad fue tomada por el rey cristiano Alfonso VII, convirtiéndose en la plaza más avanzada frente a los musulmanes. Tras fracasar la primera encomienda dada a los templarios para la defensa de la ciudad, Sancho III entregó el enclave a la Orden del Císter, en 1158, dando lugar al nacimiento de la primera orden militar creada en España.

Si embargo, la ciudad fue recuperada por los almohades en 1195, tras su victoria sobre Alfonso VIII en la batalla de Alarcos.

En plena etapa de decadencia tras la toma definitiva por los reyes cristianos, pocos días después de la batalla de las Navas de Tolosa, la cabecera de la encomienda de la orden fue trasladada al castillo de Dueñas, unos 60 Km. al sur, que sería conocida desde ese momento como Calatrava la Nueva.

La defensa de esta zona fue otorgada primero a la orden del Temple, luego a la orden del Císter y más tarde a la orden de Calatrava.

Todos los pueblos de la zona (Campo de Calatrava) pertenecían a la orden y muchos lo conservan en su nombre.