Carretera Central de Cuba
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La Carretera Central de Cuba parte desde el Capitolio de La Habana, dividida en dos ramas, una hacia Oriente y otra a Occidente, y es considerada una de las siete maravillas de la ingeniería civil de Cuba. Obra imprescindible para la economía y la sociedad cubana.
Esta construcción vial, de vital importancia para el país, con una longitud de 1139 km, desde Pinar del Río hasta Santiago de Cuba, por toda la isla. Su ejecución comenzó el 20 de mayo de 1927 y duro hasta el 24 de febrero de 1931.
La sección transversal de la vía tiene un ancho de 6,30 metros en zonas rurales y 8,09 metros dentro de los pueblos y ciudades que atraviesa. Su pavimento de gran calidad; consiste en una losa de hormigón de 0,15 cm de espesor en el centro y 0,22 cm en los bordes. Toda la losa está cubierta de mezcla asfáltica con 0,05 metros de grosor. Se utilizaron adoquines en los primeros metros de las vías que cruza. Cuenta con soluciones a desnivel para los pasos ferroviarios y la mayor pendiente se fijó en 5%. El extenso vial cuanta con 536 puentes, 486 de hormigón armado, 15 de acero y 35 de otros tipos.
La obra fue construida por una empresa norteamericana, pero su diseño estuvo a cargo de un grupo de ingenieros cubanos dirigidos por el ingeniero Manuel A. Coroalles.
La excepcional calidad de esta obra constructiva está confirmada por su uso continuado en toda su vida útil.
Significó un tremendo adelanto para el desarrollo nacional, crecieron pueblos y ciudades, la industria, la agricultura y el turismo. Varios analistas coinciden en la idea que el país fue otro después de construida la Carretera Central.
