Cecilia Bartoli
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La mezzosoprano italiana Cecilia Bartoli, nacida el 4 de junio de 1966, es una popular cantante de ópera y recitalista. Se la conoce principalmente por sus interpretaciones de Mozart y Rossini, y obras menos conocidas de música Barroca. Se la considera una soprano lírica dramática con coloratura, con tal vez una voz menos amplia que otras mezzos, pero con un timbre muy personal, con el que logra un gran efecto vocal y dramático. Es una de las cantantes de ópera más populares (y que más discos ha vendido) de los últimos años. Bartoli es muy admirada por el público que frecuenta los conciertos por su carácter vivaz y animado sobre el escenario, mientras que su voz lírica y su incursión en otras melodías de la época Barroca le han otorgado un considerable reconocimiento incluso entre el público que no frecuenta la ópera.
Bartoli nació en Roma. Sus padres fueron ambos cantantes profesionales y le dieron sus primeras lecciones de música. Su primera actuación frente al público fue a los 9 años como niño pastor en Tosca. Más tarde, Bartoli estudió en el Conservatorio de Santa Cecilia.
En contraste con la mayoría de los cantantes de ópera, Bartoli fue reconocida poco después de sus veinte años, situación poco corriente en una profesión en la que la madurez vocal se alcanza típicamente alrededor de los treinta años. En 1985, a los 19 años, Bartoli hizo una aparición en un programa de talentos en la televisión italiana; el presentador Riccardo Muti escuchó su actuación y la invitó a una audición en La Scala. Varios años más tarde, Herbert von Karajan la invitó a cantar en el Festival de Salzburgo de 1990; sin embargo la muerte de Karajan impidió que esto sucediera. En esa época, Bartoli también captó la atención de Daniel Barenboim cuando éste la escuchó actuando en un tributo a Maria Callas en la televisión francesa. Trabajando con los directores Barenboim y Nikolaus Harnoncourt, Bartoli se concentró en papeles de Mozart, y de ahí que cada vez más su carrera se haya desarrollado internacionalmente. En 1988 interpretó a Rosina en El Barbero de Sevilla. En 1990 trabajó con von Karajan con la Misa en Si menor de Bach. Desde entonces su carrera se desarrolló rápidamente. En 1996 hizo su debut en el Metropolitan Opera House como Despina en Così fan tutte, y regresó al año siguiente para interpretar el pequeño papel de La Cenerentola. El Metropolitan Opera es el teatro de ópera más grande del mundo y hubo especulaciones acerca de que su voz había sido secretamente amplificada con micrófonos, pero dichos rumores fueron rápidamente negados por la dirección del teatro. Como resultado de su aclamada actuación, el papel de Cenerentola ha quedado unido en cierto modo a la Bartoli.
Bartoli desarrolló un repertorio acorde a su voz. Además de Mozart y Rossini, ha vuelto su atención a música barroca y del período clásico temprano, de compositores tales como Gluck, Vivaldi, Haydn y Salieri. A comienzos del 2005, interpretó a Cleopatra en Giulio Cesare, de Händel, un papael de soprano de coloratura.
