Fernando Abras Roca
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[editar] Biografía
Doctor D. Fernando Mª Abras Roca 1920-1983
Hijo del IV Barón de Sant Just, D. Joaquín Abras i Font, y de Dª Carmen Roca i Espunyes, nació en la ciudad episcopal de Solsona, provincia de Lleida, en 1920.
Cursó el Bachillerato en el Instituto de Manresa, haciendo el examen de Estado en la Universidad de Barcelona, dónde habían estudiado su padre y abuelo la carrera de Derecho, siendo ambos más tarde notarios. Obtuvo, en 1936, el Despacho de Alférez de Infantería de la Academia de Ávila, viviendo el horror de la Batalla del Ebro y siendo herido en el vientre, hecho que cambió su suerte para olvidarse de la tradición notarial de su familia.
Inició así, acabada la Guerra Civil Española, sus estudios de Medicina en la Universidad de Barcelona, pero pronto decide estudiar en la de Granada, de gran prestigio en aquellos años. Se especializa en cirugía en la Universidad de Sevilla y en traumatología en las de Zaragoza y Barcelona. Estudió también Humanidades en el Seminario de Solsona, estudios de los que derivó su profundo amor por las Letras y las Artes.
De formación marañoniana, obtuvo la adscripción a la Cátedra de Patología Quirúrgica de la Universidad de Granada, tras especializarse doblemente en Cirugía y en Traumatología. Formó parte del equipo del ilustre doctor y amigo íntimo, D. Alfredo de Federico y Antrás, quien fuera años más tarde, su padrino de boda con la Sra. Dª Cristina de Santiago, con quien tuvo siete hijos. Trabajó en Granada en los Hospitales de la Cruz Roja y de San Juan de Dios, adquiriendo un gran prestigio entre las clases médicas granadinas. Pero al poco tiempo, y a sabiendas de la necesidad de cirujanos en la comarca de la Subbética cordobesa (pues los más cercanos estaban en Antequera y Córdoba), vino a ejercer a Lucena. Su llegada como cirujano a estas tierras de la Subbética suplió dicha carencia. Trabajador incansable, fue de esos médicos, raros hoy día, que realizaba operaciones quirúrgicas en los accidentados en el trabajo, pasaba diez consultas diarias, hacía guardias en la Casa de Socorro y, a lo mejor, por la noche le llamaban para asistir a un enfermo en un cortijo al que tenía que llegar a lomos de una mula. Luchó por la salud de todos cuando en Andalucía no gozaban de la misma sino las clases más pudientes.
Sintió predilección por las gentes humildes, que guardan gran recuerdo suyo. Fue, en muchas ocasiones, no sólo médico, sino consejero y amigo fiel. Estimó y valoró siempre a sus compañeros de profesión, fue maestro para muchos de ellos, jóvenes; ahora grandes profesionales a lo largo y ancho de toda la provincia de Córdoba. Fue el gran impulsor de la reinstauración de la Asamblea Local de la Cruz Roja Española en Lucena, entidad a la que quedó unido de por vida desde su trabajo en el Hospital de la misma en Granada. Llevó a cabo la construcción del primer Puesto de Socorro en su querida Lucena, hecho que fue reconocido con un Homenaje por la institución lucentina tras su fallecimiento.
Durante los tantos años de ejercicio de su profesión en la ciudad cordobesa se había granjeado el cariño y la admiración de todo el pueblo de Lucena, constituyendo el sepelio, que tuvo lugar a las cuatro y media del 1 de Diciembre de 1983, una gran manifestación popular de duelo de toda Lucena.
