Historia de Roma
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La historia de Roma se puede dividir en prehistoria, la República, el Imperio, el Imperio bizantino y la época moderna.
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Los orígenes
La ciudad de Roma nació de la agrupación de varios poblados levantados sobre unas colinas próximas al río Tíber y no lejos del mar. Los restos arqueológicos atestiguan la existencia de estas aldeas desde el siglo VIII adC, con un establecimiento posiblemente algo más antiguo en el Palatino.
Cuando los romanos llegaron por primera vez a esta llanura, se encontraron con los galos. Galo es una palabra inventada por los romanos para referirse a una tribu céltica que vivía en el territorio que actualmente se llama Francia y Bélgica. Desde entonces, esa región se conoce como la Galia Cisalpina, lo que significa, la Galia a este lados de los Alpes.
En medio de la costa oeste de Italia se encuentra el Lacio. El rio Tiber corre a lo largo de su frontera norte y es el segundo río mas largo de Italia. Las embarcaciones ligeras podía navegar por su tramo inferior.
La tercera llanura es Campania que se encuentra mas hacia el sur en la costa oeste. Neapoles y Cumas fueron dos ciudades fundadas por los griegos. El volcan Vesubio ha puesto en jaque esta llanura constantemente. En el año 79, este volcan hizo erupción y sepultó las ciudades Pompeya y Herculiano, sin embargo esto permitió que se conservaran intactas a lo largo del tiempo hasta el siglo 16 donde fueron redescubiertas. El Vesubio ha entrado en erupción muchas veces y hoy es considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo por sus erupciones explosivas.
En la desembocadura del Tiber se encontraba Alba Longa que fue la primera ciudad de los latinos, fundada, según la leyenda, por Ascanio, hijo de Eneas de Troya (hijo del portador de la espada de Troya). Por esta razón los romanos creian ser los sucesores y herederos de la tradición troyana. Rómulo y Remo fueron descendientes de Ascanio.
Alba Longa estaba formada por concentraciones de aldeas reunidas por necesidad: defensa, culto al mismo dios y el comercio. Posteriormente, estos montañeses de Alba Longa, descendieron a las llanuras y se establecieron sobre las “siete colinas” de Roma. La principal actividad de estas personas era ser pastores y sus festivales estaban relacionadas con el pastoreo. La leche era su principal ofrenda. Su riqueza era medida por el numero de cabezas de ganado que poseía cada uno. De ahí viene la etimología de la palabra latina pecunia, que significa dinero. Este es un significado que paso intacto del Latin al Español; comúnmente se encuentra esta palabra en los términos de leyes y derecho: una multa pecuniaria, es aquella pena que se paga con dinero.
Estas personas se encontraron con dos tribus con las que también tenían intereses en común. De esta unión de tribus se formó Roma. La ubicación donde se encontraban era aventajada, ya que permitía que los soldados romanos estuvieran bien comunicados entre todos lo valles y llanuras; esto les enseñó la tactica de “lineas interiores”, la cual es una estrategia militar basada en el concepto de las lineas de comunicación dentro de un area interior son mas cortas que las de un area exterior. Usando esta estrategia, un ejercito rodeado puede hacer una serie de ataques sorpresivos en contra del ejercito enemigo que lo esta rodeando, forzandolo a una retirada.
Otros historiadores difieren en esta explicación y dicen que la ubicación de Roma fue planeada desde un principio para anticiparse a los etruscos del norte.
Las dos influencias más poderosas, durante los primeros años, de Roma, fueron la influencia etrusca y la griega. El resto de Italia estaba escasamente poblado por tribus esparcidas por todo el territorio. Algunas tenian el estilo de vida de los latinos: vivían en las colinas, en un relativo aislamiento, cuidando del ganado y cultivando la tierra; tambien se agrupaban en poblados para la defensa, el comercio y el culto.
Los tres primevos reyes romanos fueron latinos, los tres últimos, etruscos. El último de éstos, Tarquino el soberbio, fue despojado del trono por sus métodos brutales de gobierno: utilizaba la violencia, homicidio y el terrorismo para mantener el control por medio del miedo y la intimidación. Fue su culpa el que los romanos llegaran a considerar la palabra "rey" como una maldición.
Hasta aproximadamente el año 270 a. c., Roma continuó luchando, sin descanso, por su supervivencia y soberanía en Italia; esta lucha no cesó hasta que Roma era una potencia mundial. Para esto necesitó las altas cualidades de valor, visión e ingenio militar. Poco a poco iban derrotando a las tribus vecinas quienes tenían sujetarse a los términos y se incorporaban al Estado romano. Se crearon ligas y alianzas independientes. Sin embargo, en una de las primeras crisis de Roma, el año 390 a. c., cuando los galos merodeadores saquearon Roma, estas ligas y alianzas abandonaron las ciudades latinas dejando a Roma completamente vulnerable. Estas tribus buscaban la independencia y, por tanto, proponían una confederación, así que Roma vio que la unica manera de tener una defensa efectiva era conquistándolas para hacer que se unieran al ejercito romano. Con grandes sacrificios, logró su sumisión y su obediencia. De esta manera, Roma siguió avanzando en su conquista de Italia. Tribu tras tribu solicitaba su ayuda y, por último, la alianza y la extensión de los "derechos" romanos a sus ciudades.
Según la leyenda, después de la caída de Troya un grupo de troyanos fugitivos, dirigido por Eneas, llegó a la desembocadura del Tíber y se estableció en el país. Rómulo, uno de los descendientes de Eneas, fundó Roma en una fecha que los romanos ubicaban en el año 753 adC de nuestra cronología. Después de Rómulo, la tradición romana citaba los reyes siguientes: Numa Pompilio, Tulo Hostilio, Anco Marcio, Tarquino Prisco, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio. Actualmente parece confirmarse que en la Roma primitiva existió un período monárquico y que los tres últimos reyes citados representan un período de dominación etrusca (hacia 550 adC-hacia 509 adC). El rey gobernaba asistido por un Senado formado por los jefes de las principales familias de la ciudad. El pueblo se reunía en asamblea para aprobar por aclamación las propuestas que le eran sometidas por el rey. Durante este primer período la religión romana tuvo carácter animista, y la actividad económica de los romanos se basó esencialmente en la agricultura y el pastoreo.
La República romana
Según el historiador Polibio, la res publica romana, era el sistema político de gobierno perfecto, haciendo alusión a que era una mezcla de los tres gobiernos puros descritos por Aristóteles, en "La Política". Es decir, la república, era capaz de incorporar las virtudes de una monarquía, en la figura de los cónsules; la aristocracia, en la figura del Senado, y finalmente la democracia, en la figura de los tribunos de la plebe. Este período, que abarca desde el 500 a.C. (Aprox), hasta el 44 a.C, es el de mayor expansión para Roma. Como punto de partida, los romanos, dominaron toda la península, luego la isla de Sicilia, donde combatió con los cartaginenses en las famosas Guerras Púnicas, donde triunfaron adquiriendo todos sus territorios, la Hispania, la costa Africana, Corcega y Cerdeña. Posteriormente, se extendieron hasta Grecia y Macedonia (aliados de los Cartaginenses). Finalmente, Las Galias y Britania, fueron adheridas al territorio por obra de Cayo Julio César.
La crisis de la República
El Imperio romano
Bajo Imperio y caída de Roma
Siglo III:
En la Roma del siglo III se pueden distinguir cuatro zonas:
- El centro (Palatino, Capitolio, Campo de Marte) está ocupado sobre todo por monumentos públicos: foros, templos, palacios, teatros, circos.
- Colinas residenciales (Pincio, Aventino, Celio), ocupadas por ricas mansiones dotadas de jardín.
- Los valles que separan las colinas, ocupados por los barrios populares densamente habitados, como la Suburra.
- Los suburbios, fuera de la muralla y en la orilla derecha del Tíber.
Invasiones de ca. 254 - ca. 285:
El limes de Germania Superior cae en 254 y se produce una gran irrupción bárbara. Los alamanes entran en Italia en los años 260 y 270. Es en esta crisis que el emperador Aureliano manda amurallar la ciudad de Roma, obra que se realiza entre los años 270 y 275. Los 18 km de muralla resguardan un área de 1.230 ha.
Aureliano (270-275), Probo (276-282) y finalmente Diocleciano (284-305) logran reestablecer las fronteras.
Siglo V:
El 24 de agosto de 410 los godos de Alarico I toman Roma y la saquean durante tres días, dedicándose especialmente al pillaje de los barrios aristocráticos.
En 455 la ciudad es tomada por los vándalos de Genserico, quienes durante 14 días se dedican a despojarla sistemáticamente de objetos valiosos, incluyendo las tejas doradas de los monumentos.
Antigüedad Tardía
Guerra Gótica (535-552):
El exilio y asesinato de la reina otrogoda Amalasunta en 535 por órdenes del rey Teodato fue aprovechado por el emperador Justiniano I como excusa para reconquistar Italia. Conocemos muy bien los acontecimientos gracias a la obra Historia de las guerras de Procopio de Cesarea. Las tropas imperiales a las órdenes de Belisario desembarcan en el sur de la península en julio de 536 y entran en Roma el 10 de diciembre del mismo año.
En 537 Belisario es asediado en la ciudad durante un año por el rey godo Vitiges, quien ordena cortar 14 acueductos que suministran agua a la ciudad, mientras que Belisario manda que se tapien sus entradas para evitar que los godos puedan infiltrarse por ellos. No serán reparados sino hasta el siglo XVI. El corte del acueducto de Trajano (Acqua Traiana) afecta los molinos de trigo instalados en las laderas del Janículo, en la orilla derecha del Tíber. Al final Belisario manda expulsar las "bocas inútiles", los hambrientos que piden la rendición o una tregua, quienes no volverán jamás. Este primer asedio godo fracasa.
Desde el verano de 545 hasta finales de 546 Roma vuelve a ser asediada, esta vez por el rey godo Totila, quien entra en la ciudad el 17 de diciembre de 546.
Las fuerzas imperiales vuelven a tomar la ciudad a comienzos 547, aprovechando que estaba custodiada por una guarnición goda muy reducida. En la primavera de 547 el ejército godo intenta recuperarla.
En preparación para un nuevo asedio el comandante de la guarnición imperial manda sembrar trigo en todas las zonas no edificadas, pero cuando los godos vuelven a atacar en 549 logran apoderarse rápidamente de la ciudad.
En el año 552 las fuerzas imperiales la vuelven a recuperar, esta vez de forma definitiva. Era la quinta vez que la ciudad era tomada.
Roma bizantina (552-?):
Tras la reconquista bizantina de Italia por Justiniano I durante la prolongada y devastadora Guerra Gótica de 535-552, Roma es una ciudad del Imperio Bizantino. Pero no es una capital, ya que la sede de la autoridad imperial representada por el exarca es Rávena (de la misma forma que fue capital del Imperio de Occidente desde el año 402).
La población de la ciudad no sobrepasaba los 40.000 habitantes, cuando hacia el año 400 era de medio millón. Esta considerable disminución en los siglos V y VI lleva aparejada una profunda modificación del reparto de la población intramuros. Los barrios altos (Quirinal, Esquilino, Virminal) quedan sin agua tras el corte de los acueductos en 537 y son abandonados de a poco. La población va concentrándose en el Campo de Marte y en la orilla derecha del Tíber (el Trastevere, o "ultratíber") en torno a la basílica de San Pedro.
El resto de la ciudad queda prácticamente desocupado o en ruinas, con la excepción de las iglesias y los monasterios, separados de hecho de las zonas habitadas. Se abandona el cuidado de los monumentos públicos y los templos de la Antigüedad, que sirven de cantera. Ya la emperatriz Eudoxia, esposa de Valentiniano III (424-455), empleó veinte columnas dóricas de mármol procedentes de un templo pagano para la iglesia de San Pedro ad Vincula que ella misma había mandado a construir y que se consagró en el año 439.
La Pragmática Sanción de 554, mediante la cual Italia era reintegrada al Imperio Romano, ratificaba la situación de facto al otorgar a los obispos el control de diversos aspectos de la vida civil (como la actividad de los jueces civiles) y la administración de las ciudades, poniéndolos a cargo del aprovisionamiento, la anona y los trabajos públicos, al tiempo que quedaban exentos de la autoridad de los funcionarios imperiales. Así, muchas ciudades romanas deben su continuada existencia a ser lugar de residencia de los obispos.
Lombardos (568-774):
Los lombardos invadieron Italia en el año 568 y pronto ocuparon la mayor parte del norte y el Apenino central en torno a Espoleto y Benevento. El Imperio Bizantino conservó el dominio de Génova, Rávena, Roma, el Lacio, Nápoles y el sur de la península.
En el año 592 Roma es atacada por el rey lombardo Agilulfo. En vano se espera la ayuda imperial; ni siquiera los soldados griegos de la guarnición reciben su paga. Es el papa Gregorio I Magno quien debe negociar con los lombardos, logrando que levanten el asedio a cambio de un tributo anual de 500 libras de oro (probablemente entregadas por la Iglesia de Roma). Así, negocia una tregua y luego un acuerdo para delimitar la Tuscia Romana (la parte del ducado romano situada al norte del Tíber) y la Tuscia propiamente dicha (la futura Toscana), que a partir de ahora será lombarda. Este acuerdo es ratificado en 593 por el exarca de Rávena, representante del Imperio en Italia.
Alta Edad Media
Imperio Carolingio (774-):
En 846 una flota musulmana remonta el Tíber hasta Roma, saqueando la basílica de San Pedro, que se halla fuera de la muralla Aureliana.
Baja Edad Media
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Época moderna y contemporánea
Bla, bla, bla...
Bibliografía
- Thierry Dutour, La ciudad medieval: orígenes y triunfo de la Europa urbana, p. 42-47, 82-83, 90. — Paidós, Buenos Aires, 2005. ISBN 950-12-5043-1
