Matanza de Bolonia
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La matanza de Bolonia (en italiano, strage di Bologna) tuvo lugar el sábado 2 de agosto de 1980. Se trata de uno de los actos terroristas más graves que haya sufrido Italia tras la II Guerra Mundial.
A las 10:25 explotó en la sala de espera de la estación de trenes de esta ciudad un artefacto colocado en una maleta abandonada, matando a ochenta y cinco personas e hiriendo a otras doscientas.
La detonación (producida por una mezcla de TNT y T4) se oyó en un radio de muchos kilómetros y destruyó gran parte de la estación embistiendo de lleno contra el tren Ancona-Chiasso estacionado en el primer andén.
Aquel día la estación estaba llena de turistas y de personas que iniciaban sus vacaciones o volvían de ellas. La ciudad – incrédula y no preparada para este tipo de sucesos – reaccionó con orgullo y rapidez: al no ser suficientes las ambulancias para transportar a los heridos a los hospitales de la ciudad, se emplearon también autobuses y taxis.
Inmediatamente después del atentado, el Gobierno presidido por Francesco Cossiga y las fuerzas de policía atribuyeron la explosión a causas fortuitas y, más tarde, la atribuyeron a las Brigadas Rojas.
Se evidenció que estas causas eran falsas y que sólo buscaban entorpecer las investigaciones. En años sucesivos, causó numerosas polémicas y aparecieron teorías conspiratorias relacionadas con la llamada estrategia de la tensión.
Lentamente y, gracias al impulso civil de la Asociación de familiares de víctimas de la matanza de la estación de Bolonia se llegó a una sentencia definitiva de casación el 23 de noviembre de 1995. Fueron condenados a cadena perpetua, como ejecutores del atentado, los terroristas neofascistas Valerio Fioravanti y Francesca Mambro, quienes siempre se han declarado inocentes. Otras muchas personas fueron condenadas a diversos años de cárcel debido a las pistas falsas que proporcionaron.
Los organizadores de la masacre nunca se han descubierto.