Pintura etrusca
De Wikipedia, la enciclopedia libre
La pintura etrusca debe considerarse apéndice del arte griego toda vez que de él se deriva y con él conserva visible parentesco. Empieza imitando el estilo greco-oriental o arcaico; sigue luego combinando el idealismo griego del periodo segundo o de perfección con el naturalismo un tanto rudo y vigoroso indígena y termina haciéndose del todo helenista.
Sus producciones sólo pueden estudiarse en las pinturas murales (al fresco) de las criptas funerarias y demás tumbas de la antigua Etruria en las tablitas de arcilla pintadas al encausto y en las decoraciones de vasijas descubiertas en dicha región y que se guardan en los museos. Pero hay que tener en cuenta, según los arqueólogos, que deben atribuirse a procedencia ateniense todas las vasijas de buen estilo griego halladas en Etruria. Es notable el género caricaturesco de varias figuras etruscas, el cual tuvo sus antecedentes en el arte egipcio. De este arte debieron tomar asimismo los etruscos la idea de sus pinturas en las cámaras funerarias aunque sus principales asuntos lo forman las danzas y banquetes.