Quiromasaje
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De la voz griega, "κιροσ", que significa mano y "masaje", quiromasaje viene a significar etimológicamente "masaje manual".
Este término se emplea en España para designar unos estudios impartidos por academias y centros privados que hoy por hoy, no tienen validez académica alguna, en donde se forma al neófito (es decir, persona sin conocimientos sanitarios o médicos previos) en el arte del masaje. La palabra quiromasaje fue inventada y su técnica introducida en España en 1933 por un médico llamado Vicente Lino Ferrándiz, después de haber realizado estudios de naturopatía en Estados Unidos y en Suiza, donde se formó en el clásico masaje sueco y del que el quiromasaje no es más que una adaptación.
Después de una formación de 100 a 200 horas según la academia donde haya cursado sus estudios, (las Federaciones Españolas recomiendan una currícula de al menos 180 horas para garantizar una formación con unos mínimos de garantía), el futuro masajista es instruido en el arte y la técnica de muy diversos tipos de masaje, entre ellos aquellos considerados métodos "puros" pero también mixtos según la orientación académica de la Escuela que elijan: masajes estéticos, ralajantes, anti-estrés, tonificantes, deportivos, sedativos, reflexológicos e incluso masajes orientales.
El quiromasajista desarrolla su actividad profesional en gabinetes de masaje de ejercicio liberal, gimnasios, peluquerías, equipos deportivos o centros de estética o SPA.
Desde un punto de vista técnico, el Quiromasaje no deja de ser una primera aproximación a la masoterapia, aunque realizado por profesionales sin cualificación sanitaria: un conjunto de maniobras manuales dirigidas a mitigar las tensiones musculares debidas a un bloqueo energético o por falta de tono. Así, al trabajar sobre estas tensiones, se ayuda también a desbloquear articulaciones; se mejora el drenaje de fluidos (linfa, sangre) y se optimiza el funcionamiento de los órganos. Sin olvidar, por supuesto, el efecto equilibrante (relajante o tonificante) que tiene un amoroso contacto terapéutico de un profesional en el cuerpo de otra persona.
Se basa en la utilización de fricciones, presiones, percusiones o estiramientos que varían en función del objetivo que se quiera conseguir y de la técnica utilizada. Estas maniobras manuales se acompañan de productos que faciliten una mejor cualidad del "toque": cremas, aceites o esencias. En estos momentos, existen en el mercado numerosos productos con indicaciones específicas para una mayor eficacia de la técnica aplicada.
Al referirnos de manera genérica al masaje desde un punto de vista histórico, tenemos testimonios escritos o gráficos de su práxis en la Corte de los Emperadores Chinos, en el Antiguo Egipto, en Irán, en Asia, en la antigua Grecia o en el Imperio Romano. Sus beneficios han llegado hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples hasta el desarrollo específico de algunas mucho más complejas para aliviar dolencias concretas del cuerpo y/o el organismo. (Para más información de la Historia del Masaje en la Wikipedia, véase "Historia" en la voz Fisioterapia).
Cabe destacar, sin embargo, que si bien el quiromasaje es una actividad profesional, en España no está considerada una Profesión sanitaria según la actual Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias. La figura de Masajista como agente sanitario desapareció oficialmente por un Decreto Ministerial del 16 de Mayo de 1979.
Por lo tanto, en ningún caso un quiromasajista está habilitado, ni legalmente capacitado, para realizar ningún tipo de tratamiento de corte estrictamente sanitario, esto es, para realizar ningún tipo de Masaje ni Terapia manual para el abordaje de procesos patológicos, lesiones y/o enfermedades, actividad que es competencia integral del fisioterapeuta bajo prescripción médica.
No obstante, en los últimos tiempos se está intentando luchar desde las distintas asociaciones para conseguir una regulación de estas técnicas en algunas comunidades autónomas de España, como es el caso de Cataluña.
