Repartición de África
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Se denomina Repartición de África al período entre 1880 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial, en el cual los imperios coloniales en África proliferaron más rápidamente que en cualquier otro lugar del mundo. Es el ejemplo canónico del Nuevo Imperialismo.
En la segunda mitad del siglo XIX tuvo lugar una transición de un imperialismo "informal" consistente en un control militar y económico hacia un control directo, marcado, desde 1870 en adelante, por una repartición de territorios en áreas previamente consideradas meramente como bajo influencia occidental. La Conferencia de Berlín (también llamada "Conferencia del Congo"), que tuvo lugar en los años 1884 y 1885, formalizó la repartición de África entre las potencias europeas estableciendo normas para el reparto territorial y comercial del continente. El principal criterio fue el de la "ocupación efectiva" como criterio para el reconocimiento internacional de los reclamos coloniales y el establecimiento de los regímenes de control directo, usualmente basados en el uso de la fuerza armada. Hacia principios del siglo XX el territorio africano se encontraba casi totalmente dividido entre Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, así como, España y Portugal que conservaban algunas colonias de sus antiguos imperios. Únicamente Liberia (fundada por descendientes de esclavos estadounidenses) y Etiopía, que resistió con éxito las invasiones de Italia, permanecían independientes al comienzo de la Primera Guerra Mundial.
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