Revolución de 1851
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La Revolución de 1851 fue una rebelión ocurrida en Chile en el año de 1851, en el marco de la República Conservadora, que tuvo por objeto derrocar la dictadura pelucona y derogar la seudoconstitución de 1833. Esta revolución no tuvo éxito, provocando una de las represiones más sangrientas de la historia chilena, así como uno de los exilios más numerosos que sufrió el país.
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[editar] Antecedentes
Desde 1829, tras la derrota de Lircay, se instauró un gobierno de corte conservador, cuya mayor expresión fue la Constitución de 1833 elaborada por Mariano Egaña, la cual estableció un gobierno presidencialista y monopartidista. Durante los gobiernos de Joaquín Prieto y Manuel Bulnes hubo una violenta censura contra las ideas liberales y una persecución contra las religiones opositoras, en especial la masonería. La sociedad chilena vivía en ese tiempo en constante temor, al tiempo que miles de chilenos eran detenidos y torturados por la policía secreta del régimen.
Durante esa etapa, se formaron varios grupos que pretendían hacer frente a los excesos de la dictadura. Intelectuales como José Victorino Lastarria, Santiago Arcos, Francisco Bilbao, Benjamín Vicuña Mackenna, entre otros, dieron vida a instituciones como la Sociedad Literaria de 1842 y la Sociedad de la Igualdad, con las cuales buscaban congregar a la población para hacer frente a los crímenes de la dictadura.
En tanto, en Europa se produce la Revolución de 1848, que influye en las ideas de los opositores, quienes ven en la acción armada la forma más eficaz de deponer al régimen.
Ante tales situaciones, el gobierno de Bulnes decide intervenir. Son clausurados los recintos donde funcionaban las sociedades y se decreta el Estado de Sitio. Mientras tanto, en Concepción, se alzaba la candidatura presidencial de José María de la Cruz contra la del gobierno, representada por Manuel Montt. Ante el temor de un fraude electoral, varios grupos en la clandestinidad deciden dar un golpe de estado, confiando la acción en Santiago al coronel Pedro Urriola.
[editar] Inicio de la Revolución
[editar] Batalla de Santiago y elección de Montt
Al amanecer del 20 de abril de 1851, Urriola y cinco mil revolucionarios se tomaron las principales calles de Santiago, mientras que el gobierno preparó una contraofensiva desde la Alameda y el Cerro Santa Lucía.
El combate duró cerca de 5 horas, tras las cuales fue abatido Urriola y hubo más de 200 muertos. Luego de ese combate, se redobló la acción de la policía secreta, al tiempo que hubo más de 600 asesinatos y detenciones ilegales.
Luego de ello se produjo la elección presidencial, la cual ganó Montt por un amplio marcador, lo que avivó las protestas por fraude electoral. Ante esta situación, se declara el Estado de Sitio y la ilegalidad de los partidos opositores. Se inician pequeñas protestas en Coquimbo, Aconcagua, Concepción (Chile) y Maule, que dan paso a verdaderas rebeliones populares. En el intertanto, se producen detenciones y desapariciones de opositores políticos.
[editar] Revolución en La Serena
Tras asumir el mando, Montt continuó la política de represiones de su antecesor. Mientras tanto, la ciudad de La Serena vivía su propia revolución al mando de José Carrera Fontecilla, hijo de José Miguel Carrera, quien organizó una milicia revolucionaria (los Restauradores del Norte) con el objeto de apoyar a los revolucionarios de Santiago y sacar a Montt del poder. Asimismo, instauró un gobierno de facto en la ciudad, declarando abolida la seudoconstitución de 1833.
El gobierno decidió entonces pedir a la armada de Gran Bretaña que atacara el puerto de Coquimbo, ante lo cual los ingleses accedieron, aunque la revolución no fue sofocada gracias al heroísmo de los liberales.
[editar] Revolución en Concepción
El 13 de septiembre, cinco días antes de la asunción de Montt, se declaró una asonada al mando del ex candidato Cruz, quien denunció el fraude electoral y las maquinaciones para mantener la dictadura vigente. Consiguió armar un grupo de cinco mil hombres, entre partidarios y mapuches.
Mientras tanto, el gobierno decidió enviar al ex presidente Bulnes para pacificar la zona. Este general logró contener a las fuerzas libertarias ocupando las ciudades de Chillán y San Carlos, obteniendo victorias en Monte de Urra (19 de noviembre). No obstante, las tropas revolucionarias avanzaban hacia el norte avivados por el apoyo popular. Sin embargo, cuando iban a realizar la ocupación de Talca, Bulnes pudo detenerlos en la Batalla de Loncomilla, en donde las fuerzas libertarias fueron derrotadas.
[editar] Fin del movimiento libertario
Mientras tanto, en el norte, la revolución seguía prendida. No obstante, la derrota de los liberales en Petorca los hace mantenerse en la provincia de Coquimbo, al tiempo que los empresarios mineros adictos al régimen deciden crear un ejército contrarrevolucionario al mando de Ignacio José Prieto, quien logra derrotarlos en Peñuelas el 14 de octubre.
En el ínterin, un destacamento del Ejército al mando de Juan Vidaurre Leal y Victorino Garrido desembarca en Papudo y se dirige hacia la provincia de Coquimbo. Éstos se unieron a Prieto y se dirigieron a La Serena, en donde eran esperados por cerca de 10.000 revolucionarios. Los pelucones decidieron atacar el 1 de diciembre, prolongándose los combates hasta el día 31, en los cuales participaron mujeres y niños deseosos de servir al ideal liberal y matar a los criminales.
No obstante la superioridad numérica, los reaccionarios pudieron finalmente ocupar la ciudad, con lo que se daba por finalizada la Revolución
[editar] Consecuencias de la revolución
Tras el fracaso de la Revolución, el gobierno de Montt ínició una feroz persecución política contra sus adversarios. Apoyado en su ministro Antonio Varas, y tras la entrega de facultades que hiciera el Congreso, se ordenaron detenciones ilegales, torturas, fusilamientos y desapariciones. Se estima que más de 50 mil personas fueron apresadas ilegalmente por el gobierno, de las cuales 14 mil fueron torturadas, 3 mil fueron ejecutadas y casi mil quinientas figuran como desaparecidos.
Asimismo, se estima que cerca de 80 mil opositores al gobierno debieron salir al exilio, entre ellos Lastarria, Bilbao, Arcos, Vicuña Mackenna (al cual se ordenó sus asesinato por los organismos represores de la dictadura), etc.
Este movimiento provocó un gran quiebre entre los grupos opositores, creándose dos tendencias: una, encabezada por Francisco Bilbao, que llamaba a rehacer la revolución por la vía de las armas, y la otra, defendida por Lastarria, que buscaba volver a la democracia por la vía institucional. Finalmente, fue esta última la que terminó por imponerse.
[editar] Dato curioso
Alberto Blest Gana escribió su obra Martín Rivas inspirado en la Revolución de 1851, de la cual también formó parte. El relato de las peripecias del personaje principal son muy parecidas a las que vivió Vicuña Mackenna como perseguido político.
[editar] Fuentes
- Frías Valenzuela, Francisco, Historia de Chile, Tomo III (La República), Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1849.
