Sérvulo Gutiérrez
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Sérvulo Gutiérrez Alarcón, nació en Ica en 1914 y falleció en Lima en 1961. Hijo de Daniel Gutiérrez Fernández y Lucila Alarcón Valverde, su familia era numerosa (16 hermanos) y estaba dedicada tradicionalmente a la artesanía y la restauración artística.
Desde temprana edad trabajó en diversos oficios, como, por ejemplo, mozo de restaurante y peón en la construcción de la carretera Pisco-Castrovirreyna. Se dedicó también a fabricar huacos, con tal habilidad y maestría que muchos expertos llegaron a considerarlos auténticos. Ante la confusión, el propio Sérvulo declararía públicamente su autoría. También actuó en el boxeo, llegando a ser campeón nacional de peso gallo. Incluido en el equipo peruano de este deporte, participó en el campeonato sudamericano efectuado en Córdova, Argentina y resultó subcampeón en su categoría.
Atraído ya por la pintura y con el deseo de perfeccionar sus conocimientos, permaneció en Buenos Aires y trabajó durante varios años al lado de Emilio Pettorutti. Luego se dirigió a París (1938-1940), donde estudió libremente pintura y escultura.
La Segunda Guerra Mundial lo obliga a regresar al Perú, donde continúa dedicado al arte y también a la bohemia. Con motivo de celebrarse el cuarto centenario del descubrimiento del río Amazonas se realizó, en 1942, una exposición amazónica en la que obtuvo el primer premio con unas esculturas que representan a las “amazonas” como arqueras. Ellas se encuentran ahora en el Museo de Historia Natural Javier Prado, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Por ese tiempo pinta su famoso cuadro “Los Andes”, para muchos su obra maestra. Posteriormente, expuso varias escenas de la naturaleza iqueña en la entonces Galería de Lima. Aparecen en sus paisajes, el desierto de Ica con sus lagunas, pantanos y huarangos. El pintor y crítico Juan Manuel Ugarte Elespuru, consideraba que Sérvulo Gutiérrez:
“[…] era en verdad un autodidacta, y fue, por encima de todas las circunstancias, un puro intuitivo; sin lugar a dudas la personalidad más singular que ha producido nuestra pintura en los últimos 30 años”. —Juan Manuel Ugarte Elespuru
En sus últimos años destacan sus cuadros sobre el Cristo de Luren y Santa Rosa. Una de las variantes de su pintura dedicada a la santa limeña la realizó en el muro de un bar… Falleció de una afección hepática en 1961, en Lima.
El pintor Teodoro Núñez Ureta sostiene que en el expresionismo de Sérvulo, el color toma
“el mando de su forma y ésta se desdibuja, se estremece, vibra y ondula al unísono de su pinceleo rápido, preciso, espontáneo, repentista e instintivo. Sus trazos son febriles , dislocados, caligráficos, de un lenguaje plástico de gramática particular, en la que se atropellan todas las normas de la lógica y se imponen las de un orden propio, instintivo, iluminado”. —Teodoro Núñez Ureta
Sérvulo Gutiérrez, también cultivó la poesía ocasionalmente; muchos de sus poemas están dedicados a Ica, su tierra natal. Sobre el conjunto de su obra artística ha escrito Luis Eduardo Wulfarden:
“Sin precedentes ni seguidores, el desarrollo individual de Sérvulo Gutiérrez constituye uno de los más singulares e intensos de la cultura peruana en el siglo XX”. —Luis Eduardo Wulfarden