Soninké
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Soninké –también llamados serahulle o sarakhollé por sus vecinos mandingas- son un grupo étnico que vive en grupos dispersos entre Senegal, Mauritania y Malí, así como en el este de Gambia y la Alta Casamance, en Senegal. Se calcula que hoy en día pueden sobrepasar una población de 750.000 personas.
[editar] Historia
Los soninké fueron los fundadores del imperio de Ghana –también conocido con el nombre de Wagadu-, situado al sur del Sahara en el valle medio del río Senegal. El imperio de Ghana controló, a partir del siglo VIII, el comercio transahariano y su apogeo llegó en los siglos IX y X. En el siglo XI, tras varias invasiones almorávides venidas del Norte, el imperio se debilitó progresivamente hasta su caída definitiva en el siglo XIII y se inició una época de diáspora por toda la región.
Aunque las tradiciones orales hablan sobre todo de los soninké de Wagadu, al parecer, los soninké formaron otros reinos prestigiosos en la región, como Kaarta, Gajaaga y Gidimaxa. Cada uno de estos reinos era gobernado por el “tunka” o rey, el único que era el “propietario o maestro de la fuerza, del poder”, el “fankama”.
[editar] Sociedad
Herederos de estos reinos, los actuales soninké componen una sociedad muy jerarquizada, donde los “hooro” son los hombres libres, los “naxamala” son los hombres de casta dependientes de los primeros (son artesanos, herreros, músicos, historiadores…) y los “kome” son los descendientes de esclavos.
[editar] Religión
En la actualidad, los soninké son sobre todo practicantes de religión musulmana, aunque conservan ciertas creencias heredadas de la época previa a la islamización. De hecho, al parecer, se mantiene un culto a la lluvia y a las fuerzas del agua, cuyo origen se remonta al culto de Biida, la serpiente protectora del imperio de Wagadu, Creen también en los “suxuna”, unos seres capaces de infligir enfermedades mortales a hombres y mujeres.
Descendientes de un imperio dedicado sobre todo al comercio, muchos soninké del siglo XXI se dedican hoy en día al mismo oficio. De hecho, no sólo en Senegal, Gambia, Malí y Mauritania se dedican a comerciar, también en Francia –donde son el colectivo senegalés más numeroso con diferencia- practican esta actividad económica.