Tratado de Saint-Germain-en-Laye
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El Tratado de Saint-Germain-en-Laye fue firmado el 10 de septiembre de 1919 entre las potencias aliadas y Austria. En este tratado se establecía el desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio Austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba solamente el alemán.
Mediante este tratado se reconocía la independencia de Hungría y la creación de los nuevos estados de Checoslovaquia (con Bohemia, Moravia y Silesia) y Yugoslavia (con Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Voivodina y parte de Dalmacia). También se estableció la cesión del Trentino, Tirol del Sur, Trieste, Istria, varias islas de Dalmacia y el Friuli a Italia, Galicia a Polonia. Hungría cedería Transilvania, parte del Bánato y Bucovina a Rumanía, algo que se concretó en el Tratado de Trianon, y el Burgenland a Austria.
Una cláusula importante era la prohibición de revisar o revocar la independencia de Austria, esto con el fin de impedir una unión política o económica con Alemania (Anschluss), sin la autorización de la Sociedad de Naciones, ya que tras la pérdida de su Imperio se planteó la unificación fracasada en 1866 tras la guerra austro-prusiana.
El Tratado de Trianon, firmado posteriormente entre los aliados y Hungría, completa el proceso de desmembramiento del Imperio Austrohúngaro.
Con este tratado quedaron poblaciones de lengua alemana fuera de la nueva República de Austria, como fueron los Sudetes en Checoslovaquia, la región del Tirol del Sur, con capital en Bolzano, en Italia, y algunas comunidades en Hungría y Transilvania. Esto llevó a problemas que precedieron la Segunda Guerra Mundial.