Vegadeo

Su nombre original, tanto del concejo como de su capital, era Vega de Ribadeo (o A Veiga), que fue oficialmente transformado en Vegadeo a comienzos del siglo XX. Pese a ese nombre, que hacía referencia a la Tierra de Ribadeo, no tenía ninguna dependencia de la vecina villa gallega de Ribadeo. Vegadeo abarca una extensión de 82 Km2, repartidos entre la Ría del Eo y el dominio montañoso del área meridional del municipio. Su límite occidental es el Lucense concejo de Trabada, mientras que al norte y a naciente, linda con Castropol; por el sur son Villanueva de Oscos y Taramundi sus vecinos, ocupando Santirso de Abres una pequeña línea de sus limites suroccidentales.

Es Vegadeo el primer concejo que se asoma al ventanal de la Ría del Eo; por tierras Vegadenses encara el Eo su último trecho antes de ir a verter sus aguas al Cantábrico. Dos sectores bien diferenciados son los que encontramos en el relieve y en el paisaje del municipio, donde dominan materiales como la pizarra y la cuarcita.

El primer área es el que se extiende por la franja norte del concejo; es la rasa litoral, donde dominan las llanuras aluviales y donde las altitudes van ascendiendo desde la costa hasta alcanzar límites de 300 metros.

El sector sur supone un alejamiento de las llanuras litorales hasta llegar a la sierra de La Bobia; en toda el área el ascenso y las pendientes van haciéndose más frecuentes y en un trecho de 15 Km pasamos de los 300 metros de altitud a los 681 que se registran en Penatormil, en el extremo meridional.

Como norma general, el relieve es suave y de formas redondeadas, gracias a la erosión del viento y el agua sobre materiales blandos como la pizarra, excavando valles amplios que facilitan las labores agrícolas. Las mayores altitudes de Vegadeo las encontramos lógicamente en el sur, como es el caso del Pozo da Neve (1.130), ya en la sierra de la Bobia, o el Chao das Grallas (1.090), si eludir la mención al Pico Ouroso (1.015). El contrapunto lo pone la franja norte del concejo con 0 metros en la ribera del Eo.

La cercanía del mar determina que este municipio cuente con una importante red hidrográfica a cuyos aportes energéticos no ha sido ajeno el desarrollo histórico de esta tierra denominada en otro tiempo Honor del Suarón. Así, este río, el Suarón, recibe, tras nacer en el Puerto de La Garganta(877 m), los aportes de arroyos como A Mina, Brañais, Añides, Lormes y Montouto. Este emblemático río atraviesa el concejo de sur a norte, sirviendo en el nordeste de límite natural con Castropol. El Monjardín sigue un cauce S-N y se convierte en protagonista a su paso por el centro urbano, registrando ya la influencia de las mareas. Este hecho motivó que ambos ríos hayan constituido una vía por la que navegaron lanchas de cabotaje y pequeños barcos que transportaron productos de la industria Vegadense a lo largo de varios siglos, hasta bien entrado el XX.

La consecuencia de este relieve es un clima suave, oceánico, al que contribuye la cercanía del mar que aporta efectos benignos que se traducen en el escaso rigor térmico a lo largo del año, lluvias durante el invierno y agradables temperaturas durante el verano que en pocas ocasiones rebasan los 25º.

La Sierra de la Bobia actúa a modo de pared, resguardando al concejo de los vientos del Sur.

La fiesta local se celebra el dia 15 de Agosto, cabe destacar también la feria de muestras que se realiza en junio, la segunda más importante de Asturias detrás de la de Gijon.