William Martin
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Militar ficticio del ejército inglés, muerto en 1943.
En el año 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, apareció el cadáver de un hombre en la playa de El Portil de Punta Umbría (Huelva). Los pescadores que lo localizaron avisaron a las autoridades onubenses que se hicieron rápidamente cargo del cuerpo. Este cadáver, identificado después como William Martin, vestía uniforme del ejército británico y llevaba una cartera atada a su brazo.
La historia de este suceso, aparentemente sin importancia, comienza cuando el Alto Mando británico lanza la operación secreta Mincemeat (Carne Picada) consistente en dejar el cadáver de un falso militar inglés con el nombre de William Martin en la costa española. Los aliados sabían que si bien España se había declarado neutral existía cierta simpatía por el régimen nazi, y Huelva era una ciudad con una considerable comunidad de contraespionaje alemán. La cartera del desdichado militar contenía información falsa sobre el próximo desembarco aliado y los militares sabían que esa información no tardaría en llegar al cónsul alemán y finalmente al mismísimo Hitler.
El oficial inglés que se puso al mando de la operación fue el capitán de corbeta Ewen Montagu, del servicio secreto naval Inglés, que buscaba hacer creer a los nazis que el desembarco aliado se efectuaría en Grecia o Cerdeña. Era muy común en esos meses que los aviones que llevaban a los oficiales de enlace sobrevolaran el norte de Africa, siendo el blanco preferido de las baterías alemanas emplazadas en la costa. Para tal operación se buscó el cuerpo de un hombre cuya muerte se hubiera presentado con síntomas parecidos a los de una persona ahogada por lo que se buscó un cuerpo de unos 30 años al que se le buscó la inexistente identidad de W.H.N. Martin de la Royal Marine. Sus familiares accedieron a su entrega bajo la promesa de que en cuanto fuera posible se le daría sepultura dignamente y que su identidad no fuera nunca revelada. El cuerpo congelado fue trasladado en secreto en submarino hacia la costa onubense donde fue luego arrojado. Tras su descubrimiento las autoridades onubenses informaron al consulado alemán que efectivamente informó al ejército de los documentos falsos encontrados en la cartera.
El cuerpo fue enterrado en el Cementerio de la Soledad, donde aun puede encontrarse la tumba del conocido como "Hombre que Nunca Existió".
