Acumulador de calor (calefacción)
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- Para otros usos de acumulador de calor, véase Acumulador.
Un acumulador de calor es un aparato del sistema de calefacción que almacena en bloques cerámicos aislados el calor producido por cualquier medio, generalmente por la electricidad, para su posterior uso.
El principio básico del concepto de acumulador se basa en la alternancia de ciclos de carga y ciclos de descarga, correspondiéndose generalmente los ciclos de carga con la noche y los de descarga con el día, debido a las tarifas reducidas, así como a las mayores necesidades de uso diurno.
Las partes fundamentales que componen un acumulador de calor para calefacción son:
- un núcleo acumulador consistente en un grupo de ladrillos refractarios cuya misión será retener el calor, hasta alcanzar temperaturas de 600-700 ºC al final del ciclo de carga.
- una serie de resistencias eléctricas, generalmente de tipo blindado, que calientan de forma uniforme el núcleo acumulador.
- aislamiento térmico para conservar el calor acumulado por el núcleo y para evitar que las temperaturas superficiales alcancen los 90 ºC (máxima temperatura superficial admitida por la normativa, consultar el CTE.
- un sistema de seguridad y control para que los ciclos se realicen en condiciones óptimas y un limitar térmico para evitar posibles fallos de recalentamiento del núcleo.
[editar] Tipos
- Acumuladores estáticos
- Acumuladores dinámicos
[editar] Viabilidad
Ventajas:
- costes reducidos de uso debido a las tarifas energéticas nocturnas.
- instalación sencilla ya que no requiere obra.
- es una solución limpia y segura (como todas las soluciones que cuentan con le energía eléctrica).
Inconvenientes:
- menor control sobre la descarga de calor, ya que el usuario no interviene.
- precio elevado de cada aparato y grandes diferencias entre modelos en el mercado.
- la instalación eléctrica de inmuebles antiguos suele necesitar una reforma casi total.