Batalla de Sangra
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La batalla de Sangra fue una de las acciones armadas en la Campaña de la Breña en los Andes peruanos durante la guerra del Pacífico que enfrentó a chilenos y peruanos entre 1879 y 1883, entre un destacamento chileno y montoneros peruanos.
[editar] Antecedentes
Después de la ocupación de Lima en enero de 1881, el gobierno chileno intentó tratar la paz con el presidente Piérola; sin embargo, éste contestó con evasivas y dilaciones mientras organizaba partidas de montoneros para continuar la resistencia. En este contexto, el mando militar chileno ordenó que se realizaran batidas en la sierra para terminar con las montoneras, en particular en el departamento de Junín. Una de estas expediciones estuvo comandada por el coronel Ambrosio Letelier, quien salió de Lima el 15 de abril de ese año. Entre otros de los deberes encomendados, Letelier debía imponer cupos de guerra a los pueblos a que llegara para contribuir al mantenimiento de la tropa. Este jefe, sin embargo, transgrediendo las órdenes que tenía, ordenó cupos indebidos y permitió que oficiales subalternos también lo hicieran. Cuando el vicealmirante Patricio Lynch, ya nombrado General en Jefe, se enteró de esta situación, ordenó de inmediato el proceso de Letelier y dos jefes divisonarios y el retiro de la división hacia Lima.
[editar] El combate
Cuando se efectuaba el repliegue de la división Letelier a Lima, se enviaron guarniciones para protegerla en su retirada, en particular hacia Canta, al término de la línea del ferrocarril. Una compañía del regimiento Buin, con 78 hombres al mando del capitán José Luis Araneda fue destacada en un lugar llamado Cuevas, a unos 30 kilómetros de Casapalca. Araneda fijó su campamento en las casas de la hacienda Sangra, a poco más de un kilómetro de Cuevas, donde se quedó con el grueso de la compañía. En Cuevas dejó a un sargento y 12 soldados.
El 26 de junio de 1881, a eso de las 13:00 horas, se presentó de improviso en las inmediaciones de Sangra una fuerza peruana de unos 500 hombres. Esta fuerza encontró un destacamento chileno que había sido enviado por el capitán Araneda en búsqueda de provisiones dando muerte a sus ocho integrantes. Estas bajas, más el destacamento de Cuevas, dejaron a Araneda con un efectivo de 52 hombres para enfrentar la batalla, a los que dividó enviando a un corralón a unos 300 metros de las casas de Sangra a la mitad de ellos al mando del subteniente Ismael Guzmán.
La columna peruana, al mando de los coroneles Ventos y Antay, inició el ataque simultáneamente a los tres grupos en que estaba dividida la compañía chilena procurando evitar su reunificación.
El destacamento de Cuevas, sin embargo, logró llegar al sitio de la batalla reuniéndose con Guzmán, que combatió en una iglesia cercana al corralón en que se instaló primero, pero en la imposibilidad de mantener la defensa o de reunirse con Araneda, se retira a Casapalca, donde había una guarnición chilena.
En Sangra, la fuerza que le quedaba a Araneda resistía el ataque peruano pese a la inferioridad numérica debido a lo favorable de la posición defensiva y a la superior calidad del armamento que portaban en relación a la montonera peruana. Los peruanos luego de tres horas de batalla, intimaron la rendicón a Araneda, pero este se rehusó continuando el combate, que se hizo muy intenso dada la resolución peruana por tomar el control de la hacienda. Los peruanos incendiaron las construcciones anexas y procuraron retirar las planchas del techo de la construcción en que se refugiaban los chilenos, pero el fuego de la defensa era muy efectivo y logró evitar la aproximación de un número suficiente de montoneros como para tomar ventajas posicionales eficaces.
[editar] Desenlace
El combate duró en esas condiciones hasta la medianoche, cuando los peruanos se retiraron al tener noticias de tropas chilenas acercándose para reforzar el destacamento. Las bajas chilenas, de los 52 hombres que se batieron en Sangra, fueron de 17 muertos y 20 heridos. No hay información sobre las bajas peruanas.
