Imperativo
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El imperativo es un modo gramatical, empleado en numerosas lenguas para expresar mandatos, órdenes o solicitudes taxativas. Es frecuente en las lenguas indoeuropeas, en las que se realiza por lo general mediante la raíz verbal desnuda. Es uno de los cuatro modos finitos del español moderno, junto con el modo indicativo, el subjuntivo y el condicional.
Por su propia naturaleza, el imperativo es normalmente un modo defectivo, vale decir, no presenta formas para todas las personas y números. En castellano posee una conjugación propia para la segunda persona del singular y el plural; para la tercera en ambos números y la primera del plural se emplea la forma equivalente de subjuntivo, al igual que en las cláusulas imperativas negativas.
En los verbos regulares de primera y segunda conjugación, el imperativo de segunda persona singular se construye en español con la raíz verbal con sufijo cero: compra, cede; para el plural, se añada la desinencia -d: comprad, ceded. En el registro coloquial del dialecto castellano, la forma plural experimenta rotacismo, y se asimila al infinitivo: comprar, ceder. Los verbos con alternancia vocálica o diptongación en el radical la experimentan para el singular; así, perder da pierde, perded. Las formas voseantes utilizan para el vos la forma de plural con elisión de la desinencia -d, manteniendo las alternacias vocálicas de esta: así, en el español rioplatense el imperativo de segunda persona singular es perdé, no *pierdé.
Los verbos irregulares pueden sufrir la elisión de la vocal final en la forma de segunda persona singular tuteante (haz y no *hace para hacer). Otros son verdaderos defectivos, reemplazando las formas imperativas por otra raíz verbal; es el caso de ir, que da ve (tuteante) y andá (voseante).
En la forma afirmativa, el pronombre del objeto directo o indirecto se sufija a modo de enclítico al verbo nuclear.