Melquíades Álvarez
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Melquíades Álvarez González-Posada, (Gijón, Asturias, 1864 - Madrid, 22 de agosto de 1936) fue un político y jurista español que en sus inicios se adscribió al republicanismo de Nicolás Salmerón, para formar en 1912 el Partido Reformista en el que estaban parte de la clase intelectual española del momento como Manuel Azaña y José Ortega y Gasset.
Tabla de contenidos |
[editar] Juventud
Amigo de Leopoldo Alas "Clarín", inició su carrera profesional de abogado en Oviedo. Entre 1894 y 1898 fue decano del colegio de abogados de esta ciudad. Después se trasladó a Madrid.
[editar] Trayectoria Política
Excelente orador, le llamaban "El Tribuno" y el "pico de oro". En 1917 fue propuesto como Presidente de un Gobierno, que lo sería de carácter provisional para convocar Cortes constituyentes a lo que se negó Alfonso XIII.
En 1923, siendo Presidente del Congreso de los Diputados -él lo era en representación del distrito asturiano de Castropol,- mantuvo una postura pasiva y ambigua ante la implantación de la Dictadura de Primo de Rivera, aunque posteriormente se distanció de ella y participó en varias conspiraciones que no tuvieron éxito.
[editar] Asesinato
Durante la II República su partido, para entonces llamado Partido Republicano Liberal Demócrata y ya muy minoritario, se encontró situado en el centro-derecha del espectro político. Llegó a ser por entonces Decano del Colegio de Abogados de Madrid.
Al comenzar la Guerra civil, fue ingresado en la Cárcel Modelo de Madrid en unión de otros dirigentes políticos conservadores, y asesinado junto con ellos por milicianos izquierdistas.
Una de las paradojas de la II Republica Española es que un republicano liberal y laico convencido, fuera asesinado en Madrid por gentes de izquierdas "anarquistas incontrolados". La razón es que, pese a ser republicano, se encontraba encuadrado políticamente en la derecha.
[editar] Bibliografía
Melquíades Álvarez, mi padre, Sarah Álvarez de Miranda,(Nobel), canto de la moneda. En realidad nieta del político, a la que su madre transmitió toda la información. Según su nieta, le llevó a la muerte aceptar la defensa de Jose Antonio Primo de Rivera, lo que le obligó a quedarse en Madrid donde le pillo la guerra civil.