Sistema linfático
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El sistema linfático está constituido por los vasos, los ganglios y el tejido linfático. Cumple tres funciones básicas:
- el mantenimiento del equilibrio osmolar en el tercer espacio.
- contribuye de manera principal a formar y activar el sistema inmunocompetente (inmunidad o 'defensas' del organismo).
- la tercera es la función de recogida de quilo a partir del contenido intestinal, un producto que tiene un elevado contenido en grasas.
Es un sistema de vasos completamente separado que se origina en espacios tisulares del cuerpo. Su función es la de actuar como sistema accesorio para que el flujo de liquidos de espacios tisulares pase a la circulación. A este sistema se le denomina sistema linfático. El sistema linfático representa una vía accesoria por la cual los líquidos de los espacios intersticiales pueden retornar a la sangre.
Los vasos linfáticos forman una suerte de hilos de una red cuyos nudos son los ganglios linfáticos. Por su interior circula la linfa, producto de la actividad del sistema linfático. La circulación de la linfa, que es muy lenta si la comparamos con la sanguínea, es unidireccional y acíclica, es decir, recoge los detritus celulares y las grandes moléculas 'sueltas' del tercer espacio por todo el organismo y las vierte en la circulación venosa a través del llamado 'conducto torácico' en el lado izquierdo del cuerpo y en el conducto linfático derecho en la parte superior del cuerpo.
Conforme la linfa entra en un ganglio linfático es escrutada por los glóbulos blancos que destruyen los microorganismos extraños (si los hubiera) y contribuyen a la formación de anticuerpos (si estuvieran presentes los antígenos correspondientes).
Los ganglios linfáticos son más numerosos en las partes menos periféricas del organismo. Su presencia se pone de manifiesto fácilmente en partes accesibles al examen físico directo en zonas como axilas, ingle, cuello, cara y huecos supraclaviculares. Los vasos y ganglios linfáticos se disponen muchas veces rodeando a los grandes troncos arteriales y venosos (arteria aorta, vena cava, vasos ilíacos, subclavios, axilares, etc).
Los tejidos linfoides del sistema linfático son el bazo, el timo y la médula ósea. El bazo tiene la función del filtrar la sangre y limpiarla de formas celulares alteradas y junto con el timo y la médula ósea, cumplen la función de madurar a los linfocitos, que son un tipo de leucocito.
Las manifestaciones más comunes de enfermedad del sistema linfático son dos: la presencia de adenopatías (hinchazón de los ganglios) y la aparición de una forma de edema conocido como linfedema. El cáncer del sistema linfático se llama linfoma.