Euzko Gudarostea
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Euzko Gudarostea ("Ejército Vasco" en euskera, de acuerdo con la ortografía usada en la década de 1930) fue la denominación utilizada por el ejército del gobierno autónomo vasco durante la Guerra Civil Española.
A principios de agosto de 1936 se fundó el Euzko Gudarostea. Lo mandaba el capitán de intendencia Cándido Saseta y lo controlan los diputados del Partido Nacionalista Vasco Manuel de Irujo, José María Lasarte y Telesforo Monzón. El 25 de septiembre se constituyó formalmente el Euzko Gudarostea, al frente del cual se situó a Ramón Azkue, que llegó a formar 28 batallones.
También dispuso de una fuerza naval formada por bous armados y pesqueros convertidos en dragaminas. La flotilla de bous llegó a enfrentarse al Crucero Canarias en el combate del cabo Machichaco. Contó igualmente con una exigua fuerza aérea a la que se referían irónicamente como el «circo Price» (un circo famoso de la época) debido a lo variopinto de sus aparatos.
Lo controlaba el EBB (Euskadi Buru Batzar, Comisión Ejecutiva de Euskadi del PNV), y uno de sus objetivos era mantener el orden público. Tuvo varios enfrentamientos con batallones anarquistas y de la Unión General de Trabajadores.
En el cuartel de Bidarte, dirigido por el escritor Esteban Urkiaga, Lauaxeta, se formaron miles de gudaris ('guerreros' en euskera). Su primer batallón fue el Arana Goiri, formado por el PNV a partir de su organización paramilitar Euzko Aberkoi Batza, que sale al frente el 24 de septiembre, un día antes de la constitución formal del Euzko Gudarostea.
Lo componían básicamente nacionalistas vascos y actuaba en coordinación con el ejército de la Segunda República Española.
Luchó en el Frente del Norte contra las tropas de Franco desde 1936 a 1937, cuando, una vez ocupada Vizcaya por las tropas nacionales, se rinde en Santoña (Santander) al Corpo Truppe Volontarie italiano. Los términos de la rendición, acordados en el Pacto de Santoña, no fueron aceptados por Franco, y la mayoría de los gudaris fueron encarcelados. Algunos consiguieron huir a Francia en barcos pesqueros y volvieron a entrar por Cataluña para alistarse en las tropas republicanas.