Teófilo Stevenson
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Teófilo Stevenson Lawrence fue un boxeador cubano los pesos pesados, nacido el 29 de marzo de 1952, en Puerto Padre, región oriental de la isla. Alcanzó su mayor notoriedad en la década de los 70 del siglo XX.
Su padre, Teófilo, era un inmigrante anglófono de Saint Vincent y su madre, Dolores, aunque había nacido en Cuba, era de padres también inmigrantes procedentes de Saint Kitts. Esto explica por qué Stevenson hablaba inglés con corrección. A pesar de este origen humilde supo aprovechar las facilidades concedidas por Fidel Castro para estimular la práctica del deporte, logrando varias medallas de oro olímpicas (en Munich 1972, Montreal 1976 y Moscú 1980) y en diversos campeonatos mundiales del boxeo llamado amateur, en la categoría de los pesos pesados (más de 90 kg). Las estadísticas muestran que participó en 321 combates de los que ganó 301 y nunca perdió por nocaut.
Ha sido considerado el boxeador no profesional (amateur) más grande de todos los tiempos pero esa consideración merece un comentario: En la Cuba de Castro, al igual que ocurriera en los regímenes socialistas de Europa del Este satélites de la Unión Soviética hasta la caída del muro de Berlín, los deportistas "amateurs" son patrocinados por el estado. Dedican todo su tiempo a la práctica y el entrenamiento en su deporte pero perciben un salario en correspondencia con una supuesta profesión u oficio que nunca ejercen, amparados por el estado en un eufemismo conocido como "licencia deportiva". Esto les permite mantener una etiqueta de "amateur" pero en la competición internacional genera una situación de indefensión en el verdadero deportista amateur. Desde la década de los 90 del S. XX el Comité Olímpico Internacional está haciendo esfuerzos para corregir o al menos compensar esa situación.
Por tanto llegamos a una polémica pregunta: ¿Puede Teófilo Stevenson (al igual que otros deportistas) ser considerado realmente amateur? Aunque no hay duda de que ha estado a la altura de los grandes boxeadores, quizás nunca sea posible establecer el verdadero alcance de sus éxitos más allá de sus medallas como "amateur" e irrealizable una comparación con sus colegas profesionales, cuyos combates son distintos, por ejemplo en número de rounds y en el tipo y peso de los guantes.
Es conocido el hecho de que fue tentado en varias ocasiones -incluso con cantidades importantes de dinero, se dice que cinco millones de dólares americanos- a pasarse al boxeo profesional. Estas ofertas siempre fueron rechazadas públicamente por él, lo cual le reportó beneficios por parte de las autoridades y del poder político de Castro, que instrumentó su rechazo al deporte "profesional" y lo utilizó como parte de su maqunaria propagandística.
A pesar de los insistentes rumores de la época (años 70 del S. XX), nunca pudo celebrarse un combate contra Cassius Clay (Muhammad Ali), al parecer por no haberse llegado a acuerdo acerca del número de rounds y del lugar del combate pero también probablemente debido a las tensiones propias de la guerra fría. Esas mismas tensiones, al aliarse el gobierno de Castro junto a la parte más radical del bloque soviético, fueron las que privaron a Stevenson de participar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984, negándosele de facto la posibilidad de obtener otra medalla dorada olímpica y de implantar un nuevo récord que habría sido muy difícil de superar. Este hecho precipitó su retirada.
Actualmente (año 2005) mantiene un cargo en la federación cubana de boxeo.
Más allá del deporte ha sido el protagonista de varias anécdotas y leyendas urbanas entre las que destacan la agresión que propinó en el año 1999 a un oficial del aeropuerto de Miami, quien sufrió fracturas dentarias; Stevenson se defendió alegando que solamente respondió a la agresión verbal del oficial. En La Habana se comenta el nunca desmentido rumor que afirma que intentó asesinar a una mujer ¿su esposa? (hecho que fue ocultado a la opinión pública y nunca fue juzgado por un tribunal). También se le recuerda por haber pronunciado –con gran ingenuidad- una frase/entelequia en principio sin sentido pero que aun hoy se utiliza a manera de dicho popular por los cubanos de su generación: “La técnica es la técnica y sin técnica no hay técnica”.
