Apadrine un niño en Colombia

Hoy en día, SOS Children apoya a cientos de niños en Colombia. Nos CASA niños huérfanos y abandonados en nuestros pueblos, y apoyar a las familias en la comunidad en general. Al ofrecer a los niños una familia amorosa y en algún lugar seguro para vivir, te ayudamos a tener éxito en la vida adulta. A través de la formación profesional y académica, estamos rompiendo el ciclo que ha atrapado a generaciones en la pobreza y crear una vida mejor para muchos de los niños de Colombia.

En 1971, abrimos nuestra primera aldea en Colombia, en la capital de Bogotá del país. La pobreza es peor aquí que en muchas ciudades de América Latina, y el vínculo entre la pobreza y el trabajo infantil es fuerte ya que las familias dependen de los ingresos extra para sobrevivir. Esto perpetúa el ciclo de pobreza, con ingresos cayendo sustancialmente por cada año de educación perdida. Nuestros programas de fortalecimiento familiar mantienen unidas a las familias, ayudando a los padres ganan un salario decente, mientras sus niños se benefician de la guardería.

La Nueva Vida ayuda a llevar a los niños de la calle. En el corto plazo, se da a los niños y adultos jóvenes respiro temporal de la calle, con un lugar para dormir y algo de comer, así como la oportunidad de participar en deportes y otras actividades. Este se centra en el barrio de San Vitorino de Bogotá donde hay muchos niños que viven en las calles, con el robo y el tráfico de drogas a menudo su único medio de supervivencia. A pesar de los peligros, se decidió ubicar el proyecto en esta área para que los niños no tendrían que abandonar su entorno familiar. Además de comida y refugio, se proporcionan lecciones y clases para niños de la calle, muchos de los cuales nunca han tenido la oportunidad de asistir a la escuela antes.

En 1985 una erupción volcánica enterró la ciudad de Amero bajo un mar de barro y nos llevó a construir una Aldea nuestra segunda Infantil SOS en Ibagué , la capital de la provincia de Tolima y cerca de 30 millas al sur de la zona de desastre.

La Escuela SOS Hermann Gmeiner ofrece educación primaria y secundaria para los niños, tanto del pueblo y la comunidad en general, lo que garantiza a nuestros hijos siguen siendo una parte muy importante de la sociedad Ibagué. Una clínica en la Villa también está abierto a la población local, ayudando a mantener una comunidad saludable. Del mismo modo, los niños de la aldea y la comunidad en general a aprender al lado del otro en nuestra formación profesional y centro social. Aquí, desarrollan las habilidades y oficios necesarios para un futuro seguro.

Nuestro trabajo en Rionegro comenzó en 1996. Fuera de la comunidad, nuestro programas de fortalecimiento familiar trabajan para mantener a las familias unidas, ayudando a los padres a manejar las dificultades financieras sin abandonar a sus hijos. Con nuestra ayuda, muchas madres jóvenes han podido entrar en el trabajo y mantener a sus hijos, lo que garantiza que estos jóvenes crezcan en un entorno familiar cariñoso y disfrutar de una mejor infancia. Los padres son capaces de ganarse la vida mientras sus hijos son atendidos en nuestro centro de atención diurna.

Nuestro Programa de Jóvenes SOS ofrece a los jóvenes un sentido de propósito en la vida, que ofrece formación o la oportunidad de beneficiarse de la educación superior. Calificados guía personal a los jóvenes en su desarrollo intelectual y emocional, ayudándoles a aprender a asumir responsabilidades y tomar las decisiones importantes y necesarias en la vida adulta exitosa.

Nuestro pueblo en la ciudad fronteriza Venezualan de Floridablanca ha estado activo desde 1999. Cuando la violencia en el hogar o la pobreza ha llevado tan a menudo para el abandono de niños, nuestros programas de fortalecimiento familiar mantienen unidas a las familias, lo que permite que los niños disfruten la escolarización, la amistad y jugar mientras sus padres ganarte la vida. Proporcionamos la guardería a los padres para que puedan salir a trabajar, a sus hijos en buenas manos. También ayudamos a las madres y los padres aprenden las habilidades que necesitan para proporcionar una buena crianza de sus hijos, ofreciendo formación y apoyo a los derechos de los niños y la crianza de los hijos apropiados para diferentes grupos de edad.

En 2003, abrimos nuestro quinto pueblo colombiano en la pequeña ciudad de Ipiales , en el sur del país, cerca de la frontera con Ecuador . La economía local depende de la agricultura, y la zona tiene un alto desempleo y la pobreza severa. En la comunidad, cuidado de los niños y la guardería permite a los padres para ganarse la vida, mientras que sus hijos pasan el día en buenas manos. Nuestro Programa de Jóvenes SOS permite a los niños a aprender un oficio o ir a la educación superior, lo que garantiza un mejor futuro para Ipiales. También apoyamos a las mujeres en la comunidad, proporcionándoles la formación profesional para ayudar a aumentar sus ingresos.

La Aldea Infantil SOS Cali inaugurado en 2009. Cuenta con 14 casas de familia e incluye un Centro Social SOS que se ejecuta un programa de fortalecimiento familiar.

Marco, ahora un joven independiente, se crió en la Aldea Infantil SOS de Bogotá: "Lo más inesperado para un niño es perder a tu madre. Esa inocencia salió de mí cuando perdí a mi madre, cuando tenía sólo cinco años de edad.

"En ese momento, para llegar en este palacio verde, la Aldea Infantil SOS de Bogotá, me dio la paz y la tranquilidad necesaria para seguir adelante. Todavía recuerdo mi primera imagen de la aldea. Creo que todos los niños que han vivido en este pueblo recuerdan que ... Cuando llegué ... vi por primera vez el parque, un hermoso parque verde con un bonito parque infantil. En mi corta vida de cinco años, no recuerdo haber estado en un parque.

"Mi estancia en la aldea era algo especial. Siempre me encantaron las zonas verdes alrededor de las casas. Era como magia.

"Hoy, tengo un trabajo. Acabo de terminar mis estudios de comunicación social y periodismo y esto es algo que me hace sentir muy satisfecho. Mi historia de haber crecido en el pueblo es algo que aprecio y reconozco en todos los aspectos. Mi amor por este lugar es tan grande que hoy me gustaría volver a ser un niño. No sólo las personas, sino a los jardines por sí mismas continúan llamándome ... "