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Inmigración en Argentina - Wikipedia, la enciclopedia libre

Inmigración en Argentina

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Reina Nacional del Inmigrante, Oberá, Misiones
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Reina Nacional del Inmigrante, Oberá, Misiones

La migraciones al territorio actual de la Argentina comenzaron varios milenios adC, con la llegada de los pobladores de origen asiático que poblaron lentamente el continente americano después de haber cruzado el estrecho de Bering, según la teoría del poblamiento tardío recientemente cuestionada. A la llegada de los españoles, los habitantes del actual territorio argentino representaban cientos de miles de personas pertenecientes a numerosas civilizaciones, culturas, ciudades y tribus distintas.

Sobre este sustrato, el territorio argentino ha experimentado distintas corrientes migratorias :

  • la colonización hispánica entre los siglos XVI y XVIII, mayoritariamente masculina, que se asimiló con los nativos en un proceso de mestizaje. No todo el actual territorio fue efectivamente colonizado por los españoles. El Chaco, la Patagonia, el territorio de la actual provincia de la Pampa y de la mayor parte de las actuales provincias de Buenos Aires, San Luis y Mendoza se mantuvieron bajo dominio indígena (mapuches, ranqueles, wichis y otros pueblos) hasta que fueron conquistadas por el Estado Argentino.
  • la introducción forzada de negros traídos de Africa para trabajar como esclavos en la colonia entre los siglos XVII y XIX.
  • la inmigración europea fomentada por la Constitución Argentina de 1853 bajo la base del precepto alberdiano, de gobernar es poblar, destinada a generar un tejido social rural y a finalizar la ocupación de los territorios obtenidos mediante la campaña militar contra los mapuches y ranqueles denominada conquista del desierto.
  • la inmigración urbana, principalmente europea y en menor medida de Oriente Medio, producida durante finales del siglo XIX y la primera mitad del XX.
  • la inmigración de países vecinos, más o menos contínua a lo largo de los siglos XIX y XX. Este tipo de inmigración que se remonta a las primeras civilizaciones agroalfareras aparecidas en territorio argentino [1], a diferencia de la inmigración europea fue siempre considerada un problema por no estar incluida en la que debía ser fomentada en cumplimiento de la Constitución [2]..
  • las nuevas corrientes migratorias a partir de los años '80 y '90 provenientes del Perú, Asia y Europa oriental.

Tabla de contenidos

[editar] Migraciones precolombinas

El poblamiento arcaico del territorio que hoy conforma la Argentina fue realizado por diversas corrientes, quizás una inicial de paleoamericanos descendientes de las migraciones que ingresaron a América por Siberia y luego por otras más recientes de indoamericanos. De acuerdo al estado actual de las investigaciones en la Patagonia se encuentran los asentamientos humanos más antiguos del territorio. Puntualmente, la primera presencia humana se ha registrado en Piedra Museo (provincia de Santa Cruz) y se remonta a 13.000 años adP.

Se han sostenido hipótesis sobre la posibilidad de otras corrientes poblacionales precolombinas. Una de ellas, que ha encontrado cierto apoyo en los descubrimientos de Monte Verde (Chile) y otros sitios, sostiene la posibilidad de un poblamiento australoide que pudo haber ingresado desde Australia alrededor del XIII milenio adC, aprovechando las costas de la calota glaciar existente en la última glaciación. Esta hipótesis busca explicar las evidencia de poblamiento muy temprano del sur de América y las características fisiotípicas de los huárpidos (incluyendo a los llamados comechingones), e incluso algunas características de los pámpidos, difícilmente compatibles con el modelo que sostiene el poblamiento exclusivo del continente por Beringia.

Las corrientes indoamericanas ingresaron por etapas, siguiendo diferentes líneas: una lo hizo por las quebradas del NOA, otra avanzó por las costas del Atlántico, una tercera —quizás la última— lo hizo por el sistema de la Cuenca del Plata especialmente aprovechando la hidrovía del río Paraná.

La primera cultura agroalfarera en territorio argentino, la cultura Tafí (200 adC), fue consecuencia de una migración proveniente del altiplano boliviano [3]. A partir de entonces esta región mantuvo intercambios comerciales y migratorios con Chile y las antiguas culturas boliviano/peruanas. Entre 1470 y 1490 se produjo la conquista incaica dirigida por Túpca Inca Yupanki que derivó en la difusión de la cultura y el idioma quechua en el norte argentino [4].

El actual territorio argentino (como casi todo el Cono Sur), en tiempos prehispánicos, estaba en promedio menos poblado que otras áreas, aunque existían áreas densamente pobladas como el cuadrante noroeste, el oeste andino, y las zonas ribereñas de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay y sus afluentes.

Tradicionalmente se ha estimado que la población existente en el actual territorio argentino al momento de la conquista española llegaba a 300.000 indígenas (J. Steward,1949:661). Más recientemente se ha estimado la población en 500.000 habitantes, de los cuales 200.000 habitaban en las sociedades de agricultores del nordeste (G. .Madrazo,1991) [5].

[editar] Época colonial

Las corrientes españolas que conquistaron y colonizadoron la zona donde hoy está ubicada la Argentina fueron principalmente tres:

Los pobladores fundaron ciudades y, desde ellas, establecieron las primeras explotaciones rurales para abastecerse de productos agrícolas y ganaderos. La escala de las explotaciones fue reducida, orientada sobre todo al mercado interno y a la provisión de la metrópoli.

Los asentamientos principales se ubicaron en las zonas más densamente pobladas por culturas indígenas agrarias, como los centros mineros del Alto Perú en pleno territorio incaico, y el noreste andino perteneciente al Reino del Tucma, donde se fundaron ciudades como San Miguel de Tucumán, Salta, la efímera ciudad de El Barco primero y Santiago del Estero después; algo más al sur se fundó Córdoba.

Otro importante centro poblacional fue Asunción del Paraguay y Corrientes fundadas en el área de la civilización agraria guaraní, y con importantes puertos sobre ríos navegables. Paralelamente, la migración andina proveniente de Chile se afincaba en San Juan.

Posteriormente, con el auge del contrabando y la multiplicación espontánea del ganado vacuno en la llanura pampeana, comenzó a tomar cierto auge Buenos Aires y otras ciudades del litoral mesopotámico.

El gaucho, fruto del mestizaje de las diversas corrientes migratorias durante la colonia
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El gaucho, fruto del mestizaje de las diversas corrientes migratorias durante la colonia

La población de los asentamientos coloniales integró, aunque de manera desigual y con fuertes variaciones regionales, a indígenas y españoles, y sus descendientes criollos, constituyendo estos últimos los terratenientes, comerciantes, administrativos y gobernantes, que residían principalmente en las ciudades. El mestizaje fue importante ya que los colonizadores tomaron a numerosas mujeres nativas y dieron origen a una población criolla, étnica y culturalmente híbrida, en la que se destacarían los gauchos, un tipo de poblador rural característico de la región.

Durante la colonia fue muy escasa la cantidad de españoles que migraron al territorio argentino. En América no superaron el 2% de la población total y fueron mayoritariamente varones [6].

La población indígena disminuyó drásticamente en muy breve período, tanto a causa de las muertes producidas por la conquista como por el contagio de enfermedades —como la viruela— hasta entonces desconocidas en el continente, y por el fuerte costo en vidas humanas de las explotaciones mineras de la región andina; las cifras exactas se desconocen, y es probable que sea imposible establecerlas de manera fiable, pero la mayoría de los estudios [7] concuerdan en sostener que éste fue uno de los rasgos principales del impacto demográfico de la Conquista de América.

Para reemplazar la mano de obra indígena los europeos decidieron trasladar a América, de manera forzada, a miles de africanos reducidos a la esclavitud. Se calcula que 60.000.000 de africanos fueron enviados a América, de los cuales sólo llegaron con vida 12.000.000 [8]. Esa población negra ingresó al Cono Sur a partir de 1596 [9] a través del puerto de Buenos Aires primero, y de Montevideo después [10], y fueron enviados principalmente a las ciudades del noreste.

En el primer censo, llevado a cabo por el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo en 1778, se registró la presencia de una gran población de origen africano en todo el territorio del virreynato: 54% en la provincia de Santiago del Estero, 52% en la provincia de Catamarca, 46% en la provincia de Salta, 44% en la provincia de Córdoba, 42% en la provincia de Tucumán, 30% en Buenos Aires, 24% en la provincia de Mendoza, 20% en la provincia de La Rioja, 16% en la provincia de San Juan, 13% en la provincia de Jujuy, 9% en la provincia de San Luis" [11].

El censo de 1778 registró una población total de 380.000 habitantes, aproximadamente la mitad de la población existente al producirse la conquista española. La mayoría de la población se concentraba en los asentamientos del noroeste mientras que en la llanura pampeana se asentaba solo un 20% del total. Los actuales territorios de Chile, Perú, Bolivia y Paraguay, contaban con una población considerablemente mayor que la que se encontraba en el actual territorio argentino [12].

Durante la época colonial, el actual territorio argentino se encontraban también poblado por pueblos originarios que se mantuvieron independientes del dominio del Imperio Español, en la Región Chaqueña, la llanura Pampeana, la Puna y la Patagonia. Aunque no existen datos precisos sobre la situación de los pueblos originarios independientes durante la colonia, algunos especialistas han sostenido que la densidad demográfica en esos territorios no superaba un habitante por km². Este argumento fue luego utilizado para considerar que se trataba de territorios desiertos que podían ser legítimamente ocupados por el Estado Argentino (ver conquista del desierto).

La baja densidad poblacional que registraba el territorio argentino al momento de la independencia (1810-1816), impulsó un proyecto de desarrollo socioeconómico que consideraba a la inmigración como uno de sus fundamentos esenciales. En 1853 ese proyecto tomaría cuerpo en la Constitución nacional, como un mandato terminante a los gobiernos de fomentar la inmigración europea para poblar el país.

[editar] Los Inmigrantes y sus orígenes con anterioridad a la formación del estado-nación

[editar] Africanos

El tango, herencia africana
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El tango, herencia africana
Artículo principal: Población negra en Argentina

La inmigración forzada de personas africanas para ser usados como esclavos durante la colonia española influyó considerablemente en la formación de la población del actual territorio argentino. La mayoría de los africanos que se introdujeron en dicho territorio procedían de los territorios de la actual Angola, la República Democrática del Congo, Guinea y la República del Congo, pertenecientes al grupo étnico que habla la familia de lenguas bantú. En 1778 la población africana y sus descendientes constituía el grupo étnico mayoritario, alcanzando un 54% de la población de la provincia de Santiago del Estero, el 46% en la provincia de Salta, el 44% en la provincia de Córdoba, el 42% en la provincia de Tucumán, entre las zonas más pobladas del virreinato, y el 30% en la ciudad de Buenos Aires. Las culturas africanas influyeron considerablemente sobre la cultura argentina. Posiblemente el efecto más duradero sea el tango, pero también fue relevante su influencia sobre el lenguaje, las organizaciones solidarias, la alimentación, el arte, las creencias religiosas, etc [13].

[editar] Aimaras

La inmigración de personas aimaras, también conocidas como collas, habitantes del actual altiplano boliviano, llamada durante la colonia Alto Perú, fue de gran importancia en la población del territorio argentino. La primera civilización agroalfarera, Tafí (200 adC) fue consecuencia de una migración de personas procedentes del altiplano boliviano [14]. La introducción del maíz y la papa, entre otros alimentos, fue también realizada por migrantes procedentes del altiplano boliviano [15]. Durante la colonia, las relaciones entre la estructura minera establecida alrededor del cerro Potosí y el norte del actual territorio argentino, productor de tejidos y animales de carga, mantuvo una constante migración en ambos sentidos entre ambas regiones [16]. A su vez, la Universidad de Chuquisaca, fue un importante factor de atracción para población rioplatense. El levantamiento de Tupac Catari, en 1781, y su cruenta represión, produjo una importante migración de revolucionarios altoperuanos por razones políticas hacia Buenos Aires [17]. La cultura andina del altiplano boliviano influiría considerablemente la cultura argentina, tanto en el idioma, como en la alimentación, tradiciones, música, valores, y religión [18].

[editar] Españoles

Cristianismo, introducido por los españoles
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Cristianismo, introducido por los españoles

La inmigración procedente de España antes de la formación del estado-nación fue mayoritariamente de conquistadores y colonizadores. Los españoles impusieron la lengua castellana, la religión cristiana en su variante católica, y una cultura en la que el trabajo fue considerado como una actividad indigna. Sujetaron primero a los indígenas a sistemas de trabajo obligatorios, y luego introdujeron forzadamente personas africanas para trabajar como esclavos. En América no superaron el 2% de la población total y fueron mayoritariamente varones [19]. Fue habitual que forzaran mujeres indígenas o africanas para tener relaciones sexuales, surgiendo como consecuencia un población altamente mestizada [20] [21]. Los españoles introdujeron también la escritura en la mayor parte del territorio argentino, la imprenta, y el ganado vacuno. Este último se reprodujo como animales salvajes en las pampas, sin intervención del hombre, y constituyeron luego una de las bases de la economía nacional.

[editar] Judíos

Los primeros judíos llegaron al territorio de la actual República Argentina durante la conquista española, ocultando su condición debido a la persecución a la que eran sometidos por la Iglesia Católica. Los estudios al respecto han sido llamativamente escasos [22]. Precisamente uno de los casos más importantes de la persecución de judíos en la colonia fue la llamada "Gran Complicidad", en 1639, cuando la Inquisición de Lima procesó y ajustició a Francisco Maldonado da Silva, médico tucumano, cuyo padre era portugués. Una novela del escritor argentino Marcos Aguinis, la Gesta del Marrano, narra el caso y la situación de los judíos en el Río de la Plata durante la colonización española. El investigador argentino Boleslao Lewin, también se ha dedicado a estudiar la inmigración judía a la Argentina antes de 1810, en libros como "El judío en la época colonial: un aspecto de la Historia rioplatense" (1939), "Mártires y Conquistadores Judíos en la América Hispánica, Candelabro, Buenos Aires" (1958), entre otros.

[editar] Mapuches

Lof Mapuche Kuruwinka, Neuquén, Argentina, 2006
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Lof Mapuche Kuruwinka, Neuquén, Argentina, 2006

La inmigración mapuche fue de gran importancia para la población del territorio argentino. En los siglos XVIII y XIX, debido a la presión ejercida por los españoles y a través de un largo proceso de migración a través los pasos de la cordillera de los Andes y transmisión cultural, araucanizaron el Comahue, gran parte de la región pampeana y la Patagonia oriental, hasta entonces ocupadas por diversos pueblos no mapuches. De tal modo que fueron mapuchizados los pehuenches, los het y las parcialidades septentrionales de los tehuelches [23]. La cultura mapuche es una de las influencias de la cultura argentina, tanto en el idioma, como en la alimentación, tradiciones, música, religión, y especialmente en los valores relacionados con el cuidado ambiental de la tierra [24].

[editar] Paraguayos

La inmigración procedente de territorio paraguayo fue de gran importancia para la población del territorio argentino, sobre todo en el área de la cuenca del Río de la Plata. Antes aún de llegar los europeos, la cultura agroceramista Guaraní había poblado el noreste del territorio argentino, junto con el Paraguay y el este de Brasil. Cuando los españoles llegaron aproximadamente 1.500.000 guaraníes vivían en ese territorio [25].

Los avá (más conocidos como "guaraníes") se establecieron en territorio argentino entre fines del siglo XV y comienzos del XVI, avanzando desde el noreste principalmente por los ríos y otros cursos de agua. Se subdividieron en distintos grupos dependiendo de la zona donde habitaban, como los guaraníes de las islas (en las islas del Delta del Paraná), los del Carcarañá, de Santa Ana (en el norte de Corrientes, los cáingang o cainguás (en la región mesopotámica) y los chiriguanos (en Chaco).

La cultura guaraní ha influido considerablemente en la cultura argentina, difundiendo su idioma, música, costumbres, cultivos como la mandioca (mandi'ó), la batata (jetý), la calabaza (andai), el zapallo (kurapepê), el poroto (kumandá), el algodón (mandyjù) y la yerba mate (ka'á), que usaban para preparar la bebida que aún hoy se sigue tomando (Ver: el mate), íntimamente relacionada con la nacionalidad argentina, entre otros aportes.

A partir de la conquista española, Asunción se convirtió en uno de los principales centros pobladores del territorio argentino. El asunceño Hernandarias encabezó la expedición proveniente del Paraguay, que llevó las primeras vacas y toros al territorio de la llanura pampeana, los que una vez allí se multiplicaron en estado salvaje en gran cantidad, y constituirían desde el siglo XVIII la base de la economía rioplatense con centro en Buenos Aires.

[editar] Peruanos

Incorporación del sol incaico al escudo, resultado de la inmigración peruana
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Incorporación del sol incaico al escudo, resultado de la inmigración peruana

La inmigración procedente de territorio peruano fue de gran importancia para la población del territorio argentino. En el siglo XV los incas al mando de Túpac Yupanqui conquistaron gran parte del actual norte argentino. El levantamiento de Tupac Amaru, en 1780, y su cruenta represión, produjo una importante migración de revolucionarios peruanos por razones políticas hacia Buenos Aires [26] entre ellas el hermano de Tupac Amaru, quien se encuentra enterrado en el cementerio de la Recoleta y fue propuesto como rey por parte de San Martín y Belgrano, entre otros. Uno de esos inmigrantes peruanos fue el platero que confeccionó el escudo argentino, reemplazando la corona española por el sol incaico [27]. La cultura peruana influiría considerablemente la cultura argentina, tanto en el idioma, como en la alimentación, tradiciones, música, valores, y religión. Una de esas influencias puede verse en el culto a la Pachamama [28], así como en el himno nacional y el sol de la bandera argentina [29].

[editar] Portugueses

La inmigración de portugueses al actual territorio argentino durante la colonización española, sobre todo a Buenos Aires y la zona de las Misiones Jesuíticas, fue considerable. Los portugueses radicados en Buenos Aires durante la colonia, casi en su totalidad varones, establecieron una red de relaciones comerciales y familiares de gran influencia en la vida económica de la capital del virreinato [30].

La comunidad portuguesa de la ciudad de Buenos Aires estaba dividida en dos grupos sociales. La mayoría eran peones y artesanos pertenecentes a las clases bajas, y mantenía activas relaciones sexuales con los descendientes de españoles, indígenas y africanos. Existía también un grupo de clase media y media alta dedicado al comercio y al contrabando, así como estancieros, que evitaba el mestizaje con descendientes de españoles, indígenas y negros [31].

La cultura portuguesa tuvo una gran influencia en la cultura argentina, en especial en lo relacionado con la cultura gaucha y en la cultura y habla rioplatense [32].

[editar] País de inmigración

Fiesta Nacional del Inmigrante, Oberá, Misiones
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Fiesta Nacional del Inmigrante, Oberá, Misiones

Argentina, al igual que Australia, Canadá o Estados Unidos, es un país de inmigración cuya sociedad ha sido influida en buena medida por un fenómeno inmigratorio masivo, que tuvo lugar a partir de finales del siglo XIX. Al igual que en el caso de los otros países mencionados, la Argentina constituyó uno de los principales países receptores de la gran corriente emigratoria europea, que tuvo lugar durante el período que transcurre desde 1800 hasta 1950, aproximadamente. El impacto de esta emigración europea transoceánica, que en América fue muy grande, en la Argentina fue particularmente intenso por dos motivos:

  • por la cantidad de inmigrantes recibidos;
  • por la escasa población existente en el territorio;

En efecto, en el primer censo de 1869 la población argentina no alcanzaba a 2 millones de habitantes. Por otra parte, ya para 1920, un poco más de la mitad de quienes poblaban la ciudad más grande, Buenos Aires, eran nacidos en el exterior. De acuerdo a la estimación efectuada por Zulma Recchini de Lattes la población argentina, que de acuerdo al censo de 1960 era de aproximadamente 20 millones de habitantes, si no hubiese existido el aporte de la corriente inmigratoria proveniente de Europa, y en menor medida, la proveniente de Medio Oriente, sólo hubiera tenido para ese entonces poco menos de 8 millones de habitantes [33] .

[editar] El poblamiento del campo

Hotel de los Inmigrantes, dormitorio de mujeres, 1912. Hoy Museo de la Inmigración
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Hotel de los Inmigrantes, dormitorio de mujeres, 1912. Hoy Museo de la Inmigración

Las primeras colonias rurales de inmigrantes tuvieron lugar bajo el gobierno de Justo José de Urquiza; en 1855 la provincia de Corrientes firmó un acuerdo con el médico francés Auguste Brougnes, por el cual este se comprometía a gestionar la llegada de un millar de familias de agricultores en el decenio subsiguientes. La provincia les entregaría 35 hectáreas de tierra apta para el cultivo, además de vituallas, semilla, animales e instrumentos de labranza. Los pobladores arribarían en los años siguientes, asentándose en Santa Ana, Yapeyú, Empedrado, Bella Vista y los alrededores de la ciudad de Corrientes.

En 1857 se fundó, de forma particular, la Asociación Filantrópica de Inmigración, que obtuvo una subvención gubernamental y la concesión de los terrenos anexos al puerto de Buenos Aires en los que se levantaría el Hotel de Inmigrantes. Ese mismo año Urquiza patrocinó personalmente el poblamiento de la Colonia San José, en Entre Ríos. Sus sucesores Bartolomé Mitre (18621868), Domingo Faustino Sarmiento (18681874) y Nicolás Avellaneda (18741880) darían estímulo a iniciativas similares, aunque inicialmente no hubo una implicación directa del gobierno en las mismas. Los primeros experimentos incluyeron la colonia suiza de Baradero (fundada en 1856), la colonia Esperanza, (también en 1856)que albergaba suizos, franceses y alemanes encabezados por Aarón Castellanos en Santa Fe y la colonia galesa de Gaimán (1865), en Chubut, patrocinada por el ministro de Interior Guillermo Rawson.

Tras las luchas intestinas entre unitarios y federales que impidieron el establecimiento de políticas demográficas consensuadas durante el primer medio siglo de independencia, a partir de 1854 el gobierno nacional decidió dar impulso a la inmigración europea. La decisión no se basaba simplemente en la necesidad de proveer al país de mano de obra que permitiese aumentar las producción de la tierra, para cumplir el papel agroexportador que la división internacional del trabajo vigente le asignaba; respondía también a la decisión de las élites ilustradas de modificar la composición poblacional para corregir lo que Miguel Juárez Celman calificaría de "el turbio entendimiento" del pueblo argentino. Esta política se refleja incluso en el texto del artículo 25 de la Constitución Nacional, que establece:

El Gobierno federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y enseñar las ciencias y las artes.

La llegada de los inmigrantes a la Argentina
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La llegada de los inmigrantes a la Argentina

La intención de los constituyentes, inspirados en la política de gobernar en América es poblar de Juan Bautista Alberdi, era fomentar la inmigración de población anglosajona y francesa. Este último escribe en sus "Bases y Puntos de Partida para la Reorganización Nacional":

Poblar es civilizar cuando se puebla con gente civilizada, es decir, con pobladores de la Europa civilizada. Por eso he dicho en la Constitución que el gobierno debe fomentar la inmigración europea. Pero poblar no es civilizar, sino embrutecer, cuando se puebla con chinos y con indios de Asia y con negros de África. Poblar es apestar, corromper, degenerar, envenenar un país, cuando en vez de poblarlo con la flor de la población trabajadora de Europa, se le puebla con la basura de la Europa atrasada o menos culta. Porque hay Europa y Europa, conviene no olvidarlo; y se puede estar dentro del texto liberal de la Constitución, que ordena fomentar la inmigración europea, sin dejar por eso de arruinar un país de Sud América con sólo poblarlo de inmigrados europeos. [34]

Esta discriminación entre inmigrantes europeos y no europeos ha sido criticada como racista, entre otros [35], por el escritor Pacho O'Donnel:

Nada hay de reprochable en la intención de incorporar a lo nuestro aquellos progresos civilizadores de allende los mares. Lo reclamable es que se hubieran hecho mejores esfuerzos por articular la supuesta "civilización" ajena con la prejuiciada "barbarie" propia. Tarea descartable para quienes pensaban como Alberdi quien, nada menos que en el texto de "Las Bases", en el que nuestra Constitución será un apéndice, escribirá: "Es utopía, sueño y paralogismo puro el pensar que nuestra raza hispanoamericana, tal como salió formada de su tenebroso pasado colonial, pueda realizar hoy la república representativa"... El racismo alberdiano es transparente en cada página que fundamenta "Las Bases" de nuestra Constitución Nacional. [36]

Sin embargo, el plan alberdiano no pudo realizarse porque la inmigración anglosajona se dirigió mayoritariamente a los Estados Unidos de América y las colonias del Commonwealth británico. Argentina entonces recibió mayoritariamente la inmigración europea contra la que alertaba Alberdi, principalmente italianos y españoles y, en segundo lugar cuantitativo, de origen europeo oriental.

Este plan modificaría en menos de medio siglo la composición social del país de manera radical. En 1869 el país contaba con 1.877.490 habitantes, de los cuales 160.000 habían llegado de Europa en la década inmediatamente precedente; la relación crecería exponencialmente, sumando hasta 1930 un total 6.330.000 migrantes, de los cuales 3.385.000 se establecerían permanentemente en el país (los restantes eran los llamados trabajadores golondrina, casi todos españoles e italianos, que cruzaban el océano dos veces al año para trabajar en la cosecha)

El "Hotel de Inmigrantes" en el puerto de Buenos Aires, hoy "Museo de la Inmigración"
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El "Hotel de Inmigrantes" en el puerto de Buenos Aires, hoy "Museo de la Inmigración"

Los migrantes, en un comienzo, procedían sobre todo de las clases desplazadas por el excedente de mano de obra campesina debido a la Segunda Revolución Industrial y la tecnificación del agro en el hemisferio norte-occidental; la existencia de crisis económicas como la de 1875 fue posteriormente la impulsora principal de la migración.

En 1875 el gobierno federal decidió organizar el proceso de población, para lo que creó la Comisión General de Inmigración; al año siguiente se dictó la ley N.° 761/76, llamada Ley de Inmigración y Colonización, que que considera inmigrantes a los extranjeros jornaleros, artesanos, industriales, cultivadores o profesores que con menos de 60 años de edad, buena moralidad y aptitudes suficientes, que lleguen en tercera ó segunda clase (en barco) al territorio de la República para establecerse en ella y establece un régimen para ellos. El estímulo incluyó propaganda en Europa a través de agencias oficiales en ciudades y puertos, así como el anticipo de pasajes durante el gobierno de Juárez Celman. Sin embargo, el alto precio alcanzado por la tierra, motivado en parte por la especulación de los sectores afines al gobierno, detuvo en parte el influjo migratorio y movió a muchos de los migrantes a retornar a su país de origen. Desde 1888 el gobierno federal subsidió anticipos para el importe de pasajes de los inmigrantes, con resultados catastróficos; la Cancillería emitió en 1891 un informe muy negativo acerca de la experiencia, y el 31 de mayo de ese año se eliminó el subsidio. En los años siguientes, la política gubernamental se limitaría a encauzar la inmigración espontánea. Los recién llegados recibían ocho días de alojamiento y manutención en el Hotel de Inmigrantes, mientras intentaban organizar su asentamiento

La inmensa mayoría de los recién llegados se abocó a tareas agrícolas; eran en su mayoría agricultores de origen, y estaban atraídos por la promesa de distribución de tierras en los inmensos despoblados. Sin embargo, la mejor parte de los terrenos públicos se había vendido ya para 1885, dando origen a enormes latifundios en la pampa húmeda, por lo que sólo la parte más pudiente de los que se radicaron la región pudo disponer de terreno propio. Las tierras fronterizas con los dominios de mapuches y ranqueles fueron quedando, a medida que el combate contra estos los obligaba a replegarse, en manos de estancias dedicadas a la ganadería; esto no fue favorable al establecimiento de pobladores, ya que la actividad requería escasa mano de obra.

La mayoría de los inmigrantes se dedicó a labores remuneradas, dando impulso a gran cantidad de ciudades. Más efectivos resultaron los programas de colonización en Mendoza, en Entre Ríos —donde la iniciativa del barón Maurice de Hirsch dio lugar a las colonias judías, cuya memoria narró Alberto Gerchunoff— y en el norte apenas poblado, en especial Misiones y el Chaco. En estas últimas provincias el motor del asentamiento fueron las empresas forestales; la Forestal Land, Timber & Railway Company, de capitales británicos, pobló el Chaco —a medida que talaba sin remedio sus extensos quebrachales— con braceros y hacheros, muchas veces originarios de Europa del Este. Otras de sus competidoras hicieron lo propio en Santiago del Estero, y aún Salta y Jujuy.

Los asentamientos en la Patagonia fueron mucho menores, dada la importante presencia de aborígenes al sur del río Negro, pero aumentaron paulatinamente, e incluyeron la importante presencia galesa en la actual provincia de Chubut. La región andina fue la menos favorecida por estos movimientos, lo que se refleja aún hoy en su demografía y sus hábitos lingüísticos.

No sólo la migración directa redundó en el aumento de la población; gran parte de los inmigrantes formó familias numerosas, un fenómeno natural en el campo, donde los hijos representan mano de obra disponible ya desde temprana edad. Así, las zonas más aptas para la agricultura recibieron directamente un mayor influjo de población, y mostraron luego además tasas más elevadas de crecimiento. De ese modo, las áreas más pobladas del país ocupan gran parte de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires.

[editar] La inmigración urbana

Casa de la Colectividad Suiza, en el Parque de las Naciones, Fiesta Nacional del Inmigrante, Oberá, Misiones.
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Casa de la Colectividad Suiza, en el Parque de las Naciones, Fiesta Nacional del Inmigrante, Oberá, Misiones.

El volumen de la inmigración, constante desde mediados del siglo XIX hasta finalizado el primer cuarto del XX, significó en términos demográficos que la población argentina se duplicara cada veinte años. En el padrón nacional, según el censo 1914 del INDEC, los nacidos fuera de la Argentina representaban un 30% del total de la población argentina.

Sin embargo, la falta de un programa centralizado de colonización y el reparto completo de las tierras ricas de la llanura pampeana alteraron las condiciones a las que los migrantes se veían sujetos; puestos ante la alternativa de contratos de arrendamiento rural de muy corta duración —no más de cuatro o cinco, en los que el colono estaba obligado a labrar la tierra, cultivar cereal y forraje, y devolverla plantada al vencimiento del contrato— muchos de ellos se asientan en las ciudades, especialmente Buenos Aires, su punto invariable de entrada al país. Más de la mitad de los migrantes se radicó en la Ciudad de Buenos Aires o en la Provincia de Buenos Aires.

Hacia 1895, la población argentina que vivía en centros urbanos alcanzaba el 42%, y para 1914 había superado la mitad de la población, llegando al 58%, una tasa superior a la de cualquier país Europeo con la excepción del Reino Unido y los Países Bajos. Esta relación se debía en buena medida a los inmigrantes; frente a su participación de un 30% en la población del país, en Buenos Aires eran el 50% — un millón de los dos con que contaba la capital— y en otros núcleos urbanos llegaban a ser cuatro de cada cinco. Entre estos predominaban los italianos (68,5% de los cuales se afincó en Buenos Aires) y españoles (78%); la distribución se reflejaría en la estratificación social futura de la nación.

Instalados en las ciudades, los inmigrantes se integran en los sectores secundario y terciario de la economía nacional. La construcción del ferrocarril les representó una importante fuente de trabajo, pero muchos de los mismos se abocó al comercio y a la artesanía. El sector industrial reclutó sus principales impulsores de entre ellos; de los 47.000 industriales que registraba el censo en 1914, 31.500 eran de origen foráneo. Esta expansión de la población urbana traicionó la extendida concepción del país como reservorio agrario: siempre según las cifras de 1914, sólo el 29% de la población activa estaba empleada en el sector primario, mientras que la industria daba trabajo al 35% y los servicios al 36%. Sin embargo, la reducida escala y productividad de las manufacturas, y la falta de industria pesada, daba a estas una participación relativamente reducida en el PBI. Otras actividades estaban estrechamente ligadas al modelo agroexportador: la exportación de carnes daba trabajo a muchos obreros en el aglomerado porteño.

[editar] Integración de los inmigrantes y represión

La Argentina, que desplegó un poderoso esfuerzo gubernamental por lograr la homogeneización cultural de los inmigrantes. Favorecida por las notas comunes —el origen latino de casi el 80% de los llegados en estas oleadas—, el gobierno federal instrumentó una política de educación e inserción forzosa, basada en la obligatoriedad de la enseñanza primaria a partir de 1884, la inculcación de la épica nacional elaborada por la historiografía, y la conscripción forzosa en el ejército nacional a partir de 1901.

La integración política de los migrantes siempre fue reducida; hacia el 1900 no superaba el 4% de los adultos. En 1902, durante el segundo mandato de Julio Argentino Roca, el Congreso sancionó la Ley de Residencia —redactada por el diputado nacional Miguel Cané— que le otorgaba al Poder Ejecutivo la facultad de expulsar extranjeros acusados de delitos comunes o actividades sediciosas. De este modo, el gobierno respondía a la creciente sindicalización y organización política de los trabajadores, en cuyo impulso y liderazgo los inmigrantes desempeñaban un papel importante. Ya desde la década de 1860 y 1870, grupos de inmigrantes franceses como Les Egaux y alemanes como Vorwarts, habían comenzado a organizar el movimiento obrero argentino. Coincidentemente las comunidades de inmigrantes habían comenzado a crear organizaciones de solidaridad mutua, como Unione e Benevolenza, el Club Español, el Hospital Italiano, etc. A la fundación del primer sindicato de gráficos en 1878, le siguieron en las dos décadas siguientes la organización de sindicatos en casi todas las ramas de la economía (empleados de comercio, ferroviarios, carreros, panaderos, sastres, albañiles, tabacaleros, etc.), impulsados por anarquistas y socialistas, que en 1901 dan origen a la primera central sindical estable, la Federación Obrera Argentina (FOA).

El italiano Francisco Netri, líder del Grito de Alcorta
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El italiano Francisco Netri, líder del Grito de Alcorta

El movimiento obrero mantuvo una actitud contraria a la Ley de Residencia, cuyo tratamiento por el Congreso en 1902 fue el factor detonante de la primera huelga general. A pesar de ello la ley fue sancionada el 23 de noviembre de 1902 con el ñúmero de Ley 4144. Pese a la escisión entre anarquistas y socialistas, que fundaron la |Unión General de Trabajadores (UGT), el movimiento tuvo amplio acatamiento, y representó una grave derrota política para el gobierno roquista, que tuvo que aplicar con dureza la legislación.

Numerosos inmigrantes, e hijos de inmigrantes dieron apoyo al Partido Socialista, fundado en 1896. En 1904, el barrio italiano de La Boca, eligió a Alfredo Palacios como primer diputado socialista de América. Gran cantidad de inmigrantes y sus descendientes dieron también apoyo al fracasado alzamiento cívico-militar de 1905, organizado por la Unión Cívica Radical. En 1907, debido a las pésimas condiciones de vivienda en que se encontraban los inmigrantes y sus familias, en un tipo de vivienda precaria que se conoció como conventillo, los extranjeros fueron protagonistas de úna histórica huelga de inquilinos que obligó a los propietarios a moderar los abusos, e impulsó la acción de cooperativas de vivienda como "El Hogar Obrero", de inspiración socialista.

En 1912 los inmigrantes y sus descencientes desempeñaron un rol activo en la organización y apoyo a la gran huelga agraria conocida como el Grito de Alcorta.

Cuando la Ley Sáenz Peña estableció el sufragio obligatorio y secreto, muchos descendientes de inmigrantes apoyaron con su voto a Hipólito Yrigoyen y contribuyeron a que se convirtiera en el primer presidente argentino elegido en elecciones libres. El cariz urbano y obrero de la Argentina de los inmigrantes sería uno de los motores de la oposición política, sindical y social, crucial durante el siglo XX, entre oligarquía y populismo en sentido positivo.

[editar] Situación a partir de la mitad del siglo XX

A partir de la Segunda Guerra Mundial se observan cambios importantes en los patrones migratorios a nivel internacional. En el sur de América Latina comienza un crecimiento de las migraciones internacionales de carácter regional. Esto generó una profunda transformación de los patrones migratorios, fenómeno que tiene su reflejo en la Argentina durante las ultimas décadas del siglo XX.

Es sabido que la inmigración internacional ha sido uno de los elementos predominantes en la conformación de la sociedad argentina. La mayoría de los inmigrantes de origen europeo llegó a la Argentina entre 1870 y 1929; la última oleada, menos importante en su magnitud, se produjo entre 1948 y 1952, finalizando así con el largo período de emigración europea transcontinental como fenómeno masivo. La incidencia de la inmigración limítrofe, en cambio, se ha mantenido relativamente estable a lo largo del siglo XX. Sin embargo, a raíz de la disminución de los flujos migratorios provenientes de otros países, la inmigración de los países vecinos -Paraguay, Bolivia, Chile, Uruguay y Brasil- ha incrementado su presencia relativa en el conjunto de extranjeros para constituir en 2001 el 61% de los mismos.

Debido a la mencionada reducción de los flujos inmigratorios, la migración neta internacional pasa a tener una escasa incidencia como factor de crecimiento demográfico del país, en especial en las últimas décadas. En consonancia con esta evolución la proporción de extranjeros se ha reducido pasando de un máximo del 30% en 1914 al 4.1% en 2001.

En cuanto a las áreas de asentamiento, La Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires concentra el 70% de extranjeros y el 63% de extranjeros limítrofes, siendo también importantes como destino de estas migraciones las provincias fronterizas.

[editar] Los inmigrantes y sus orígenes luego de 1853

A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, en general América y, en el sur, en especial Argentina y Brasil, despertaban la esperanza de todos los deseosos de encontrar seguridad o prosperidad, alejándose de la adversidad de la guerra, la persecución racial o política y el infortunio económico.

En aquel momento la inmigración que ingresó a la Argentina se desarrolló en períodos diferenciados y por distintas causas. Los inmigrantes provenían de distintos países europeos y asiáticos, destacándose los italianos y españoles -siendo ambos el grupo más numeroso-, franceses, polacos, rusos, alemanes del Volga o ruso-alemanes, sirios y libaneses, alemanes, checoslovacos, irlandeses, galeses, escoceses, ingleses, portugueses, yugoslavos, suizos, belgas, escandinavos y neerlandeses.

[editar] Europa

(*) Las comunidades se listan por orden alfabético, excepto italianos y españoles, en razón de importancia cuantitativa

[editar] Italianos

La Boca, tradicional barrio de inmigrantes italianos en Buenos Aires
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La Boca, tradicional barrio de inmigrantes italianos en Buenos Aires

La inmigración italiana fue la más numerosa y junto con la española, formó el grueso de la población argentina descendiente de europeos.

En la actualidad existen en la Argentina unos 15.000.000 de descendientes de los inmigrantes italianos que han fundado este país[1].

Es por esto que la cultura argentina tiene una enorme influencia de la cultura italiana. El lenguaje, las costumbres, los gustos, las tradiciones, llevan sus huellas [37].

La llegada de italianos se extiende hasta 1970, y es en 1870 cuando comienza el gran flujo de inmigrantes.

Aunque los italianos provenían de todo el territorio, los emigrantes del sur de este país -por el deficiente desarrollo económico- fueron los que masivamente llegaron a la Argentina (Sicilia, Campania, Calabria) aunque también fue muy grande el aflujo de campesinos procedentes del Piamonte, la Lombardía y el Friul, muchos de los inmigrados desde el norte de Italia se establecieron en la región pampeana de las provincias de Santa Fe y Córdoba, así como en la provincia de Mendoza estableciéndose como chacareros, e incluso constituyeron el principal contingente poblacional en la fundación de la capital de la provincia de Chaco: Resistencia; es de notar que hasta 1894 la mayor parte de los inmigrantes italianos procedía del norte de Italia, principalmente de Liguria (entonces se les solía llamar "bachichas" a los italianos ya que entre ellos era frecuente el nombre Baciccia, es decir: Bautista en lengua zeneize), Piamonte y Lombardía, aunque luego de 1894 el aflujo de italianos fue con creces desde el Mezzogiorno.

Así los italianos principalmente se establecieron en la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, y también en la Provincia de Santa Fe, Provincia de Entre Ríos, Provincia de Córdoba, Provincia de Tucumán y la Provincia de La Pampa. Cabe destacar también que en la Argentina se encuentra la segunda colectividad italiana más grande del mundo, después de Alemania ([2], [3]).

Fueron diversas la causas de emigración del pueblo italiano hacia la Argentina. Entre ellas podemos encontrar:

  • La débil capacidad de adaptación de la economía italiana a la revolución industrial. La modernización no logró superar problemas estructurales de organización.
  • Las crisis de subsistencia entre 1816 y 1817.
  • Las epidemias de cólera en los siguientes períodos: 1835-37 ; 1854-55 ; 1865-67 ; 1884-85.
  • La debilitación de los órganos asistenciales. La aparición de la burguesía desmonta a los mismos, estrechando el presupuesto estatal. Debido a esto aumenta la criminalidad, siendo expulsados de su territorio los italianos que no se "adaptaban" al sistema industrial.
  • La presión demográfica. Las familias que basaban sus ingresos en la producción agraria crecen sin encontrar nuevos territorios para sus cultivos. Por lo tanto, deben emigrar para conseguir mantener su forma tradicional de producción.
  • Las penurias monetarias surgidas a partir de las altas tasas impositivas y la usura. Era necesario que parte de la familia emigrara para conseguir ganancias externas que permitieran superar dichas penurias. Es por eso que muchos inmigrantes enviaban parte de sus ingresos a la familia que había quedado en Italia para poder levantar las hipotecas que pesaban sobre sus tierras.
  • La compleja adaptación de los artesanos al proceso industrial. Ante la imposibilidad de competir con la industria, emigran para mantener su forma de producción en países aún no desarrollados que valorasen su "arte". Muchos fueron zapateros, sastres, trabajadores del cuero, que eran superados por la producción industrial.
  • La atracción de diversos puntos del planeta que necesitaban de mano de obra para su crecimiento extensivo, dado que contaban con grandes territorios desocupados. En algunos casos, la distribución de los inmigrantes a lo ancho de esos territorios fue efectiva. Lamentablemente en la Argentina, esa organización no fue debidamente implementada, con lo cual no se ha logrado una distribución pareja por el territorio argentino. Las causas de este hecho son variadas y complejas.
  • Puntualmente en el caso argentino, los agricultores italianos encontraron tierras para seguir trabajando dentro de su rubro sin sufrir la reconversión que se produjo en su país.
  • La primera y segunda guerra mundial, y las consecuencias económicas durísimas en las que quedaron los países de Europa después de las mismas.

[editar] Ocupaciones

Podemos considerar que se formaron siete grandes categorías ocupacionales: agricultores, jornaleros, artesanos, comerciantes, profesionales liberales, varios y sin profesión. En los primeros momentos de corriente inmigratoria, los datos brindados por los inmigrantes de su actividad ocupacional muestran que era nulo el número de personas sin ocupación. Es muy probable que algunos de ellos haya mentido por temor a no ser aceptado. Recién en este siglo comienzan a aparecer contingentes sin ocupación (entre 10% y 15% de la población mayor de 16 años) llegando a un 20% en los años de la guerra y el fascismo.

[editar] Resultados censales
Población italiana residente en Argentina
Año Población extranjeros Población italianos % italianos sobre extranjeros % italianos sobre población total
1869 210.330 71.403 33,9 3,8
1895 1.006.838 492.636 48,9 12,2
1914 2.391.171 942.209 39,4 11,9
1947 2.435.927 786.207 32,3 4,9
1960 2.604.447 878.298 33,7 4,4
1970 2.210.400 637.050 28,8 2,7

[editar] Españoles

El llamado "Monumento de los españoles", regalo de la colectividad española a la Argentina en su Centenario
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El llamado "Monumento de los españoles", regalo de la colectividad española a la Argentina en su Centenario

La causa principal de la inmigración de españoles a mediados del siglo XIX fue la pobreza, así como también el arduo servicio militar que obligaba a los soldados a prestarlo durante unos ocho años. Los lugares de proveniencia fueron predominantemente Galicia (puede que hasta un 70% del total) [38], Asturias, Cantabria, el país Vasco, y Andalucía, aunque también embarcaron de Madrid, Extremadura o las islas Canarias. En 1870, las condiciones rurales en España (jornales magros, crítica situación económica) más las posibilidades que otorgó ese país para emigrar favorecieron quizás a la mayor emigración en España. El flujo inmigratorio se prolongó hasta 1952, pasando el período post-guerra.

Los gallegos y los catalanes se radicaron, en general, en la ciudad. Los meridionales, en Mendoza, Río Negro y Entre Ríos, dedicándose, principalmente al trabajo rural en las plantaciones. Los valencianos fueron a Corrientes y a Misiones. Los asturianos se instalaron en las provincias andinas, en el noroeste del territorio argentino. Los andaluces se dedicaron, mayormente, a la horticultura. Los vascos se dedicaron al campo argentino con empeño singular, como ganaderos, tamberos y fruticultores. La figura del vasco tambero integra la más pura tradición argentina.

En los catorce años que componen los periodos 1885-1895 y 1912-1914, unos 150.000 andaluces emigraron a la Argentina. Entre 1880 y 1930, la media porcentual sobre el total de españoles se situaría entre un 15% y un 20% [39]. Provienen sobre todo de las provincias de Almería, Cádiz, Granada, Huelva, Jaen y Málaga y se establecieron en su mayoría en Buenos Aires y La Plata, pero también en Mendoza y San Juan, que poseen un clima similar al de Andalucía, donde se dedicaron al cultivo de la vid y el olivo y a la producción de vino. [40]

En 1889 se crea una comisión para defender y fomentar la inmigración española: la Sociedad Hispano-Argentina protectora de los inmigrantes españoles. Desde 1810 hasta comienzos del siglo 20, ingresaron 2.100.000 españoles, de los cuáles un 54% se estableció en Argentina definitivamente. En 1895 los españoles representaban el 5% de la población; para 1914 ya eran 830.000 (10% de la población nacional). Debido a la Primera Guerra Mundial, la inmigración empieza a decaer. A mediados del siglo XIX había en el país casi 700 mil españoles. En la actualidad hay unas 370.000 personas.

[editar] Ocupaciones

Alrededor del año 1857 en adelante, se observan algunas profesiones definidas, por ejemplo en los catalanes: en los hombres, talabartero y hojalatero; en las mujeres, planchadoras, modistas y peluqueras. En el caso de los gallegos, en su gran mayoría se inscribían como empleados en el servicio doméstico. Los vascos, por su parte, se dedicaban a la cría de ganado ovino, alcanzando reputación como estibadores, trabajadores de la construcción, alambradores, transportistas, leñadores, carboneros, hoteleros o fabricantes de ladrillos aunque se sabe que se dedicaron fundamentalmente, a la salazón de carnes y la industria de productos lácteos. Aproximadamente a partir del año 1920, el nivel ocupacional de los españoles se concentró en la industria manufacturera, el comercio minorista, preferentemente en la rama de bares y restaurantes, almacenes y en los servicios comunales.

[editar] Resultados censales
Población española residente en América Latina
País hacia 1900 hacia 1920 hacia 1940
Argentina 198.685 841.149 749.392
Brasil 60.000 219.142 160.557
Cuba 129.240 245.644 157.527
Chile 8.489 25.962 23.323
México 16.302 26.675 29.544
Uruguay 57.865 54.885 50.000
Total América Latina 500.000 1.450.000 1.225.000
Fuente: PALAZÓN, S. (1995), pp. 33, 72 y 147.

[editar] Alemanes

Bariloche, eje de una región con gran presencia de la comunidad alemana
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Bariloche, eje de una región con gran presencia de la comunidad alemana

Entre los alemanes que llegaron a la Argentina se pueden dividir en los provenientes de la Alemania propiamente dicha (que engloba también la época del nazismo) y los rusoalemanes o alemanes del Volga (siendo administrativa y estadísticamente rusos en los papeles o en el pasaporte).

Su arribo al país se prolonga en un extenso período de tiempo: desde los años 70 del Siglo XIX hasta mediados de los años 60 del Siglo XX. Se destacan así, tres momentos cruciales: fines del Siglo XIX por motivos económicos; el periodo de entreguerras (décadas del 20´ y del 30´) y el período post-guerra.

Los grupos de inmigrantes que ingresaron a partir de 1877, los llamados rusoalemanes o alemanes del Volga provenían de un doble proceso migratorio, que en su inicio los llevó de su Alemania natal, a las riberas rusas del Volga [4] en 1770, atraídos por las facilidades ofrecidas por la zarina alemana Catalina II, la Grande, para terminar luego en América del Sur y especialmente en Argentina a partir de 1877, huyendo del endurecimiento de la política rusa sobre ese pueblo de colonos alemanes que se mantuvo 110 años sin mezclarse con los eslavos - manteniendo su lengua y sus tradiciones -; y más tarde también de la persecución que sufrieron a causa de su fe cristiana durante la época de la Rusia comunista, en donde la gran mayoría fueron deportados a campos de concentración en Siberia, situación que derivó prácticamente en su exterminio en masa.

Todos estos problemas, movieron a los alemanes de Rusia a emigrar a distintos países de América. Las emigraciones más importantes fueron con destino a Canadá, Estados Unidos, Brasil y Argentina.

A partir de fines de 1877 se produce la llegada de los alemanes del Volga a la Argentina. Hubieron 2 corrientes. Una fue la que llegó en forma directa al puerto de Buenos Aires (la más importante) y otra que provino del Brasil. Esta última estaba formada por familias que habiéndose establecido en el Brasil, al no soportar la rigurosidad del clima y no hallar tierras aptas para el cultivo del trigo, deciden trasladarse a la Argentina.

Conformaban grupos colonizadores gente de una misma aldea. Los primeros colonizadores, nacidos en Rusia, se separaban entre Bergseiter (colonos de la orilla alta del Volga) y Wiesenseiter (colonos de la orilla llana del Volga) y ambos grupos se subdividían a su vez en católicos y protestantes.

En Argentina fundaron diversas colonias en dos zonas principales: una es la Provincia de Entre Ríos (Crespo: Marienfeld, Köhler, Pfeifer, Santa Anita, etc.) y la Provincia de Buenos Aires (Coronel Suárez, en Azul, cerca de las Sierras de la Ventana: Colonia Hinojo) desde donde se fueron extendiendo formando nuevas colonias agrarias principalmente en Provincia de La Pampa (Winifreda), Provincia de Córdoba Provincia de Santa Fe, Provincia de Misiones y también en otras provincias con posibilidades trigueras o frutícolas.

La comunidad alemana en la Argentina se mestizó ampliamente con los demás argentinos, abandonando el aislamiento defensivo que los mantuvo un siglo unidos sin mezclarse en las estepas rusas. En la actualidad, los alemanes del Volga viven prácticamente diseminados por toda la Argentina. Su numerosa prole de los primeros tiempos y la división y reparto de las propiedades en parcelas cada vez más pequeñas obligaron a muchos a abandonar los sitios de colonización originales y a dedicarse a otros oficios.

Los inmigrantes alemanes fundaron asociaciones como el diario "Argentinisches Tageblatt" que mantuvo una posición liberal contraria al nazismo, la Asociación Vorwärts, que reunía a socialistas, comunistas y sectores progresistas, la Escuela Juan Enrique Pestalozzi y el Hospital Alemán.

A pesar de ello "la colectividad alemana en la Argentina, mayoritariamente, apoyó a Hitler, especialmente las empresas germanas de los monopolios Krupp y Thysen. El partido Nazi, sección Argentina, tuvo aproximadamente 70.000 afiliados cotizantes" [41]. En el período de post-guerra arribaron casi 50 mil inmigrantes alemanes. Muchos de ellos era nazis, y entre ellos estaban al menos 180 criminales de guerra buscados en todo el mundo como Adolf Eichman, Joseph Mengele, y Erich Priebke [42]. Estas corrientes de inmigrantes alemanes nazis, tuvieron una fuerte influencia en el desarrollo del racismo y el antisemitismo en la cultura argentina [43]

Entre los inmigrantes alemanes ingresados después de 1928, y sobre a partir del nazismo, hubo también miles de judíos alemanes que escapaban del gobierno de Adolf Hitler y sus políticas antisemitas. Sin embargo, muchos de ellos ingresaron ilegalmente [44], pues en la Argentina, a partir de 1928 [45], y sobre todo a partir de una circular secreta firmada por el canciller radical José María Cantilo en 1938 (presidencia de Roberto M. Ortiz), se ordenó "a cónsules argentinos en Europa negar visados a 'indeseables o expulsados', en alusión a ciudadanos judíos de ese continente" [46].

La gran masa de alemanes no judíos que emigró a la Argentina entre 1930-1950 se radicó en lugares relativamente apartados, como en la Provincia de Córdoba (una fuerte comunidad en Villa General Belgrano, La Cumbrecita y aledaños), la Provincia de Río Negro (con una importante radicación en la zona de Bariloche), Villa Traful en la provincia de Neuquén, Villa Gesell en la zona atlántica de la Provincia de Buenos Aires, y otras zonas apacibles del país.

Según informaciones de la Federación de Asociaciones Argentino-Germánicas en territorio argentino residen alrededor de 1.000.000 de descendientes alemanes[5] y funcionan 21 instituciones de origen germano.

[editar] Británicos

La inmigración británica en la Argentina ha tenido un impacto particularmente destacado en la cultura de la población y organizado una sólidad comunidad. Entre 1857 y 1940 ingresaron al país 75.000 británicos, que representan el 1,1% del total de inmigrantes (ver cuadro abajo). Muchos de ellos fueron ejecutivos de empresas, terratenientes, o comerciantes relacionados con la gran afluencia de inversiones británicas a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En 1893 el Consulado británico en Buenos Aires desaconsejaba emplear obreros británicos con la siguiente explicación:

Puestos a elegir entre trabajadores de diversas nacionalidades -ingleses, italianos, alemanes y franceses-, todos igualmente buenos, quienes emplean personal obrero apartarían de inmediato al trabajador británico y optarían por cualquiera de los otros, con preferencia el italiano. Todos trabajarían con mayor dedicación que el inglés, serían más tratables, y no se embriagarían.[47]

La comunidad británica fundó solidas instituciones como el Hospital Británico, prestigiosas escuelas bilingues y clubes como el Lawn Tennis Club, el Hurlingham Club, etc. Los inmigrantes británicos impactaron fuertemente en el gusto deportivo de los argentinos, a través del desarrollo del fútbol, el polo, el hockey, el rugby, entre otros. Por su parte el inmigrante y educador británico William C. Morris, fundador de escuelas, tuvo una fuerte presencia en la educación argentina.

[editar] Polacos

Los polacos repoblaron Misiones e impulsaron la producción de yerba mate
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Los polacos repoblaron Misiones e impulsaron la producción de yerba mate

No es fácil determinar la cantidad de polacos que inmigraron a la Argentina. Hasta 1919 los mismos eran registrados como rusos, alemanes o austríacos. Con posterioridad a esa fecha, los polacos ocuparon el cuarto lugar entre las colectividades inmigrantes hasta 1945. Los inmigrantes polacos estuvieron divididos en tres grandes grupos: los polacos cristianos católicos (25%), los rutenos cristianos ortodoxos (45-50%) y los polacos judíos (25-30%). En 1999 se estimaba que vivían 1.000.000 de polacos y sus descendientes en la Argentina.[48]

Los primeros polacos en arribar a territorio argentino eran soldados de Napoleón que lucharían luego por la independencia del país [49]. Durante el siglo XIX fueron contratados polacos por el gobierno argentino para realizar tareas de cartografía o para que se dedicaran a la enseñanza, la medicina, etnografía y geología.

La inmigración polaca organizada comenzó en 1897 y tuvo una influencia decisiva en el poblamiento de Misiones. Ese año inmigraron 14 familias polacas y ucranianas procedentes de la región de Galitzia. Arribaron al puerto de Buenos Aires y fueron enviados a Apóstoles (Misiones), una ex-misión jesuítica abandonada desde 1770, donde se instalaron. Se trataba del primer proyecto de colonización agrícola efectivo, en tierra misionera, desde la expulsión de los jesuitas en tiempos de la colonia. En la zona es común referirse a los habitantes de Apóstoles, como "apostolacos". Con posterioridad llegaron grupos de colonos para radicarse en otras localidades de la zona: San José, Azara, Cerro Corá, Bonpland, Yerbal Viejo, Gobernador Roca, Colonia Lanusse y más tarde llegarán a fundar Colonia Wanda.

A principios del siglo XX, debido al descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia (provincia de Santa Cruz) un grupo de polacos se instaló en la Patagonia para dedicarse a esa industria.

También desde comienzos del siglo XX, se estableció una importante comunidad polaca en Berisso, Gran Buenos Aires, centro de la industria de la carne en la Argentina. Allí, en 1913, se fundó la Sociedad Polaca de Berisso, que constituye hasta el presente un importante centro de la comunidad polaca.

Entre las dos guerras mundiales (1918-1939) inmigraron grandes cantidades de polacos, mayoritariamente campesinos, que se dispersaron por todo el país. En este período se fundaron varias asociaciones de polacos en ciudades del conurbano industrial de Buenos Aires, como LLavallol, San Justo, Valentín Alsina, San Martín, Quilmes, etc. En 1940 se creó la Unión de los Polacos en Argentina con sede en Buenos Aires.

Entre 1946 y 1950 se produjo una importante ola inmigratoria de polacos refugiados de guerra entre los que se encontraban 16.020 ex soldados polacos [50]. Fue el último gran grupo polaco en inmigrar a la Argentina.

Durante su segunda visita a la Argentina, el Papa Juan Pablo II tuvo un encuentro con los polacos en el Luna Park, el día 10 de abril de 1987.

[editar] Croatas

Generalmente las corrientes migratorias croatas en Argentina se dividen en tres, siendo las dos primeras similares y la tercera sin punto en común con las anteriores.

El primer período abarca desde 1870 hasta 1914. En estos años los croatas emigraban principalmente de la costa dálmata, preponderantemente desde la franja que componen Split - Boka Kotorska —en el sur de Dalmacia— y sus respectivas islas —en especial Brač—. Su principal motivación en el momento de emigrar fue económica. Se distribuyeron en la ciudad de Buenos Aires, sobre todo en La Boca y Avellaneda y en las zonas agropecuarias de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chaco, Formosa y también una importante cantidad en la Patagonia y Cuyo.

El segundo período corre de 1918 a 1935. Luego de la Primera Guerra Mundial, la pobreza empujó nuevamente a los croatas a emigrar. Dalmacia siguió siendo la región con más emigrantes, aunque se le sumaron importantes contingentes de Istria y Herzegovina. Esta migración se distribuyó geográficamente por todo el país, tanto en las zonas agropecuarias como en los grandes centros urbanos.

La tercera corriente fue el resultado del fin de la Segunda Guerra Mundial. Emigrados políticos contrarios al régimen de Tito y la supremacía serbia fueron llegando hasta mediados de los años 60. De todas las regiones croatas y de todas las clases sociales, se afincaron principalmente en los grandes centros urbanos, siendo escaso el establecimiento en zonas rurales.

Actualmente, según cifras de la embajada de Croacia, viven mas de 250.000 croatas en todo el país entre inmigrantes y descendientes[6]; la mayoría vive en el Gran Buenos Aires y en Ushuaia, donde ya llegan a la quinta generación.

[editar] Franceses

Menos importante en cuanto a su volumen frente a la inmigración española o italiana, la inmigración francesa constituyó, sin embargo, un aporte fundamental por el papel económico desempeñado. Los franceses que arribaron al país se distinguían en relación a otras corrientes migratorias por disponer a menudo de calificación profesional, cierto grado de instrucción y a veces capital. No sorprende entonces hallarlos entre los propulsores de iniciativas que contribuyeron enormemente con el proceso de modernización de la Argentina.

En el período de mayor inmigración —entre 1857 y 1920— llegaron 220.000 franceses a la Argentina, de los cuales retornaron 120.000. La mayor cantidad de arribos se verificaron en el segundo quinquenio de la década de 1880. Para entonces los franceses constituían el 10% del total de inmigrantes, el tercer contingente detrás de italianos y españoles. En 1901 había 94 mil franceses en el país, cantidad sólo superada mundialmente por los 104 mil que habían emigrado a los Estados Unidos. En 1912, sobre 138 mil franceses en América del Sur, 100 mil se encontraban en la Argentina [51].

Las razones que explican este fenómeno son las mismas que se aplican a otros contingentes migratorios europeos que también afrontaron el duro desafío de mejorar sus destinos lejos de su tierra natal. La deliberada política migratoria del país, los comparativamente mejores salarios ofrecidos en un país poco poblado como la Argentina y ciertas posibilidades de acceso a la tierra hacían del Río de la Plata un destino particularmente atractivo para muchos franceses.

Generalmente salían por Burdeos (en el oeste de Occitania) hacia el puerto de Buenos Aires y provenían mayoritariamente de las ciudades cercanas a París y sobre todo de las regiones rurales del sudoeste: el País Vasco, el Béarn y el Aveyron.

Los inmigrantes franceses tendieron a instalarse en barrios como el Socorro, cerca de la plaza San Martín, el puerto y las estaciones, donde existían cafés, hoteles y restaurantes que los empleaban como cocineros y mucamos. En los prostíbulos creció la fama de las mujeres francesas, mientras que otras se empleaban de vendedoras, modistas o institutrices en familias de clase alta. Las planchadoras francesas eran muy requeridas, en especial en la zona cercana a los teatros [52].

Los inmigrantes franceses aportaron características destacadas a la cultura argentina, especialmente en la reiniciación de la producción de yerba mate, la producción de vino, azúcar (Hileret) [53]. Liniers, uno de los grandes héroes de la historia argentina, era francés. Tres presidentes argentinos fueron hijos de franceses (Pueyrredón, Pellegrini e Yrigoyen) [54]. También fueron importantes instituciones solidarias de la comunidad francesa, como el Hospital Francés, aún en actividad, y el grupo socialista Les Egaux, uno de los fundadores del movimiento obrero argentino. Inmigrantes franceses como Amadeo Jacques y Paul Groussac tuvieron un impacto directo sobre la educación y la cultura argentinas. Algunas ciudades argentinas, como Pigüé, en la Provincia de Buenos Aires, fueron originadas por colonias de inmigrantes franceses, y generaron una cultura local argentino-francesa.

[editar] Gitanos (Rom)

Los primeros miembros del pueblo Rom (gitanos) comenzaron a inmigrar a la Argentina hace más de 100 años. Se estima que viven alrededor de 300.000 integrantes que pertenecen a los siguientes grupos: Kalderash griegos, moldavos y rusos, algunas familias Lovari y algunos Xoraxane Roma, Calé argentinos, españoles y los Boyash. [55]

En general como modo de preservar sus los Rom tienen un alto rechazo al sistema educativo formal, aunque esto ha ido cambiando en los últimos tiempos.

Se dedican mayoritariamente a la reparación de la maquinaria hidráulica, metalurgia industrial, compra y venta de automóviles y maquinaria agrícola, venta minorista, etc., con muy buenos resultados económicos.

La mayoría de los Rom es de religión evangélica.

La relación con los vecinos es buena, pero existe cierta clase de discriminación oculta contra los Rom y los judíos y menos en contra de los descendientes de árabes en una creciente minoría del pueblo argentino, la cual puede ser vista al tratar un negocio o en algunos lugares públicos, a pesar de la ley anti-discriminatoria existente, sin embargo, esta siempre es oculta, --la casa se vendió--, no hay lugar en el restaurante, discúlpeme, y raramente un insulto son las expresiones discriminatorias comunes. [56]

Las crisis económicas de los últimos años han producido una importante migración de Rom hacia otros países, principalmente Estados Unidos, España y Francia.

[editar] Irlandeses

Las razones que llevaron a los irlandeses emigrar de su patria hacia otros países se debió a que fueron por siglos empujados por la opresión inglesa, por la gran hambruna –consecuencia de la peste de la papa, que entre 1845 y 1850 diezmó a la población y la lucha por mantener su religión (Catolicismo Romano) y sus costumbres.

Emigraron a la Argentina en el siglo 19 en especial entre 1830 y 1875. En este período llegaron unos 10 mil irlandeses. Hoy sus descendientes suman unas 500.000 personas. La inmigración irlandesa fue una gran colonizadora del campo de las provincias de: Buenos Aires principalmente para extenderse después a Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. En el mes de marzo se preserva un legado cultural que se remonta a los celtas, más precisamente al festejo del día de su patrono, San Patricio. Aunque no se rinde culto al santo, el objetivo principal de estas celebraciones es el encuentro social en pubs irlandeses porteños.

[editar] Neerlandeses

La primera inmigración organizada desde los Países Bajos ocurre desde 1889, cuando llegaron inmigrantes agricultores y ganaderos procedentes de la zona de Frisia (muchos de los imigrantes erróneamente llamados "holandeses" hablaban el frysk o frisón, ó —si no— el dialecto neerlandés septentrional bastante diferente entonces del holandés. Una segunda inmigración tuvo lugar hacia 1924. La última mucho más pequeña, llegó a principios de los años 1950. La mayoría de estos neerlandeses-frisones se estableció inicialmente en el sur de la provincia de Buenos Aires, especialmente en la zona de Tres Arroyos, Quequén, Necochea, grupos mucho menores se establecieron en Mar del Plata, Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia, en esta última zona se encontraron con una población que también poseía linajes neerlandeses: los bóers inmigrados al sur del territorio de la actual provincia de Chubut y norte de la provincia de Santa Cruz tras la conclusión de la llamada Guerra de los bóers (afrikaans) a inicios de siglo XX. En total, los neerlandeses provenientes directamente del estado de los Países Bajos, hasta mediados de siglo XX, no superaron las 20.000 personas.

[editar] Ucranianos

De todas las nacionalidades que forman la inmigración europea hacia la Argentina, la ucraniana es quizás la única que no figura en el Registro Nacional de Inmigración. Es que. en vísperas de la segunda mitad del siglo XIX, Ucrania había perdido su independencia, y la recuperó recién en la última década del siglo XX; por lo tanto, los ucranios que emigraban en esa época de su país lo hacían provistos de pasaportes austro-húngaros, rusos o polacos, y su nacionalidad fue confundida con la ciudadanía que figuraba en los pasaportes.

La inmigración regular de ucranios a la Argentina comienza en el siglo XIX. Los primeros inmigrantes se radicaron en la Ciudad de Buenos Aires, en la Provincia de Buenos Aires básicamente en la ciudad de Berisso, en la Provincia de Misiones y luego en el resto del país, principalmente en las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa, Mendoza y Río Negro.

La cantidad de inmigrantes y sus descendientes residentes en la Argentina se estima en 305.000 habitantes aproximadamente[7].

[editar] América

[editar] Bolivianos

Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta, fue un potosino migrante a Buenos Aires
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Cornelio Saavedra, presidente de la Primera Junta, fue un potosino migrante a Buenos Aires

El censo 2001 registró 233.464 bolivianos radicados en Argentina, en partes iguales para mujeres y varones. La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia considera que mas de dos millones de ciudadanos viven en diferentes países extranjeros [57]. De ellos “la migración hacia la Argentina representa el 73%” [58]. "Hoy en día se calcula que hay entre 1.5 millon y 2 millones de bolivianos viviendo en Argentina" [59], casi el 5% de la población total argentina.

A principios del siglo XX la inmigración boliviana se dirigía al noroeste argentino para trabajar en las temporadas del azúcar y el tabaco. A partir de los años ’50 se constituyó en una parte importante del mercado de trabajo relacionado con los cultivos de tomate, pimientos, y bananos, entre otros, en el norte argentino. Durante las años 60 y años 70 se hicieron presentes en la vendimia y otros cultivos del oeste del país y comenzaron a mantener una presencia permanente en la ciudad de Buenos Aires destacándose en el trabajo hortícola. Desde entonces se encuentran presentes en todo el país [60].

La mayoria de los bolivianos viven en el Gran Buenos Aires, principalmente en los partidos de La Matanza, Moron y 3 de Febrero. Tambien hay una comunidad muy importante en la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Salta y Jujuy[8].

[editar] Chilenos

El censo 2001 registró 212.429 chilenos radicados en Argentina, que constituye la mayor comunidad chilena fuera de su país [61], ademas si sumamos a los chilenos y a sus descendientes son actualmente mas de 430.000 personas[9].

La concentración de inmigrantes chilenos es muy alta en las provincias argentinas fronterizas con Chile, como las de la Patagonia, donde vive el 53% superando el 5% del total de la población, y las de Cuyo donde vive el 12%. El 18% vive en Buenos Aires. [62].

La inmigración chilena está relacionada con la dictadura de Pinochet (1973-1990), lapso durante el cual se alcanza el pico de emigrantes hacia la Argentina [63]. Desde entonces se ha registrado un importante retorno, con el efecto de la emigración hacia Chile de una gran cantidad de niños argentinos, hijos de los chilenos que están retornando.

El presidente Nestor Kirchner es hijo de una inmigrante chilena-croata [10].

[editar] Paraguayos

La inmigración de paraguayos es la tercera en cantidad, detrás de italianos y españoles. Ya era importante cuando Argentina se independizó y la colectividad paraguaya es la más numerosa al iniciarse el siglo XXI. El Censo 2001 registró 325.000 paraguayos viviendo en la Argentina; de ellos el 57% son mujeres. Sin embargo, según informaciones del Cónsul de Paraguay, teniendo en cuenta la proporción de paraguayos en situación documentaria irregular, la cantidad total podría encontrarse cerca de 500.000 paraguayos en la Argentina, y entre un millón y medio y dos millones de descendientes de paraguayos [64].

Los motivos principales de la inmigración paraguaya fueron la desigualdad social, empezando por la ausencia de una distribución equitativa de las tierras y de los productos, la falta de trabajo, los profundos trastornos financieros y el temor a las represiones políticas. Existen otras causas menores.

Durante los primeros años, los paraguayos se instalaron en las provincias de Formosa, Misiones, Corrientes, Chaco y Entre Ríos.

El mayor porcentaje de emigración a la Argentina se produjo entre 1947 —en esa fecha estalló la guerra civil que duró 4 meses y que provocó el éxodo de miles de paraguayos— y 1960. Hasta la década del 50 la principal emigración de paraguayos no era definitiva o permanente. Es recién a partir de la década del 60 cuando este flujo tiende a fijar residencia en el país de destino, en esa década un 23,7% del total de paraguayos viviendo en ese país decidieron adoptar la nacionalidad argentina.

El 60% se ha radicado en Buenos Aires, entre un 25-30% en la zona de frontera, y un 5-10% en el resto del país. La mayor concentración se encuentra en el Gran Buenos Aires, particularmente en el Partido de La Matanza, donde vivir unos 100.000 paraguayos. Otros partidos del conurbano bonaerense en el se encuentran concentraciones importantes son Florencio Varela, Berazategui, La Plata, Tigre y San Fernando.

En la Ciudad de Buenos Aires viven entre 30 y 40 mil paraguayos, pero no están concentrados en ninguna zona particular.

La comunidad paraguaya en la Argentina ha creado gran cantidad de instituciones. Muchas de ellas se organizan por el lugar de procedencia. Algunos centros de gran tradición son el "Hogar Paraguayo de Berazategui" y "La Casa Paraguaya". Otras entidades paraguayas en la Argentina son el Equipo Pastoral Paraguayo, la Asociación de Excombatientes de la Guerra del Chaco, la Asociación de Jubilados, Pensionados Residentes Paraguayos en la Rep. Argentina, la Asociación Paraguaya de Mujeres, etc. Más recientemente se ha creado la Federación de Entidades Paraguayas en la República Argentina (FEPARA).

Los inmigrantes que vinieron de Paraguay han llevado a Buenos Aires el idioma guaraní, y las costumbres, gustos y tradiciones paraguayas, las que a su vez se encuentran íntimamente relacionadas con las de la población argentina que viven en las zonas fronterizas con el Paraguay.

La comunidad paraguaya ha organizados gran cantidad de radios FM locales, publicaciones gráficas como la revista "Ñeengatú", un periódico llamado "Paraguay nuestro país", dos programas de TV por cable, llamados "Viva Paraguay" y "Pájaro Campana".

La comunidad paraguaya en la Argentina ha organizado un club, el Deportivo Paraguayo, asociado a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), y participante del Campeonato Argentino de Fútbol en las divisiones menores del ascenso.

[editar] Ocupaciones

Los varones se desempeñan principalmente como obreros en la industria de la construcción y del cuero y calzados, y secundariamente en los sectores metalúrgico y plásticos. Más recientemente ha comenzado a crecer un importante grupo de comerciantes y pequeños empresarios de la construcción.

[editar] Resultados censales
Población paraguaya residente en Argentina
Año Número % sobre población total % sobre población extranjera
1869 3.288 0,2 1,6
1895 14.562 0,4 1,5
1914 18.592 0,4 1,2
1947 93.248 0,6 3,8
1960 155.269 0,8 6,0
2001 325.046 0,9 21,2


Población paraguaya en Argentina según lugar de residencia.
Lugar de residencia 1914 1947 1960
Gran Buenos Aires 11,2% 13,3% 29,6%
Formosa y Misiones 46,2% 62,4% 54,8%
Otras provincias 42,7% 24,3% 15,6%

[editar] Peruanos

La inmigración peruana a la Argentina como corriente importante recién comenzó a producirse a partir de 1980. El censo 2001 registró 88.260 peruanos que significa el 5,76% de los extranjeros, convirtiéndola en la séptima comunidad (paraguayos, italianos, bolivianos, chilenos, españoles, uruguayos, peruanos). En 2003 la Cancillería del Perú estimaba aproximadamente en 140.000 la cantidad de peruanos viviendo en la Argentina [65].

Residen principalmente en la ciudad de Buenos Aires, particularmente en los barrios de Balvanera, La Boca y San Telmo. También suman gran cantidad en la capital bonaerense, La Plata, y en Mendoza.

La comunidad peruana ha creado numerosas organizaciones de migrantes como la Asociación de Damas Peruanas, las Asociaciones de Médicos Peruanos, la Asociación de Estudiantes y Residentes Peruanos, el Centro Cultural Peruano de Rosario, el Frente Juvenil Peruano, la Fundación para la Integración Latinoamericana, la Hermandad del Señor de los Milagros.

Asimismo existen varios periódicos ligados con la comunidad como "El Peruano", la "Gaceta del Perú" y el "El Sol del Perú", todos en Buenos Aires.

[editar] Uruguayos

El escritor Horacio Quiroga, inmigrante uruguayo
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El escritor Horacio Quiroga, inmigrante uruguayo

La inmigración uruguaya a la Argentina se remonta a los orígenes mismos como país independiente. Miles de artistas y deportistas uruguayos migrantes se han vuelto famosos en la Argentina, entre ellos figuras de gran reconocimiento popular como Horacio Quiroga, Enzo Francescoli, Luis Cubilla, Ireneo Leguizamo, Julio Sosa, China Zorrilla, Natalia Oreiro, Víctor Hugo Morales, entre muchos otros.

El censo 2001 registró 117.564 uruguayos que significa el 7,67% de los extranjeros, convirtiéndola en la sexta comunidad (paraguayos, italianos, bolivianos, chilenos, españoles, uruguayos). Entre 1960 y 1980, debido a razones políticas y económicas, inmigraron a Argentina 218.000 uruguayos, casi el 8% de la población total del Uruguay [66]

[editar] Otros orígenes latinoamericanos

La inmigración de países limítrofes siempre ha existido a niveles relativamente similares: según el INDEC, desde 1869 hasta hoy configuró entre un 2% y un 2,9% de la población del país.

La comunidad brasilera alcanza a 35.000 individuos, la gran mayoría en la ciudad de Buenos Aires. Finalmente, según el censo de 2001, una cantidad aproximada de 30.000 inmigrantes proceden de otros países latinoamericanos, principalmente Ecuador, República Dominicana y Cuba.

[editar] Asia

[editar] Sirios y Libaneses

Señalan algunos documentos que esta inmigración comenzó a partir de 1860, continuando con mayor intensidad debido a problemas que atravesaban esos países, quienes se encontraban bajo dominio Otomano al principio y luego bajo dominio Francés. Se repite una historia oficial que deja de lado estudios sobre los primeros árabes llegados a nuestro continente, infiltrados en las embarcaciones de los conquistadores tras el ocaso de la civilización de Al-Alándalus, de la España musulmana

La mayor ola inmigratoria se produjo a principios del siglo XX a causa de la Primera Guerra Mundial, siguió luego con la Segunda Guerra Mundial, que trajeron a esos países inconvenientes en su aspecto económico y social, además de problemas políticos y culturales, los que colaboraron a una mayor inmigración.

La corriente inmigratoria procedente del ex Imperio Otomano la formaban árabes libaneses y sirios, cristianos y musulmanes. Son por lo general campesinos, jornaleros, agricultores y braseros, que fueron motivados por las noticias que le llegaban de América y además por las ofertas de trabajo que las empresas ferroviarias inglesas y francesas estaban haciendo en sus respectivos países, para realizar labores de jornaleros en el tendido de vias ferroviarias en distintos lugares de Buenos Aires y el interior del país.

Los primeros inmigrantes eran jóvenes campesinos, jornaleros, agricultores y braseros, cristianos y musulmanes que fueron motivados por las noticias que le llegaban de América y además por las ofertas de trabajo que las empresas ferroviarias inglesas y francesas estaban haciendo en sus respectivos países, para realizar labores de jornaleros en el tendido de vias ferroviarias en distintos lugares de Buenos Aires y el interior del país. Llegaban con documentación turca primero, siendo recibidos en el puerto de Buenos Aires por el Consulado Turco, único en aquella época (es por ello, la errónea denominación de turcos a los descendientes de árabes).

Todos ellos se radicaron a lo largo y ancho del país, aunque optaron preferentemente, además de Buenos Aires y Córdoba, por el Noroeste y Cuyo, y parte de la Patagonia.

Las seis provincias del Noroeste argentin: Tucumán, Santiago del Estero, Salta, La Rioja, Catamarca y Jujuy atrajeron al mayor número de árabes. Son varias las causas de esa atracción, entre ellas: la semejanza de esta región con los paises de origen, la afinidad geográfica y productiva, el clima y la extensión de las ciudades del Noroeste, similares a las ciudades de Siria y Líbano, y las posibilidades de éxito económico que ofrecían. Las regiones del Noroeste, hasta la llegada de los árabes, no habían conocido grandes contingentes migratorios, si los comparamos con los de Buenos Aires.

Los sirios y libanesesa se vincularon en instituciones comunes, motivando a que se les conociese erróneamente como sirio-libaneses. Fueron o son expresión de ello el Banco Sirio libanés del Río de la plata (luego transformando en el Banco Crédito Rural Argentino), el Hospital sirio libanés de Buenos Aires, el ya desaparecido Diario Sirio Libanés, que se publicaba en árabe y en español, la Unión Cultural Argentino-libanesa, la Asociación de beneficencia Drusa, la Asociación Arabe Argentina Islámica, la Fundación los cedros, la Asociación de Damas libanesas, la Asociación de San Marón, la Asociación de Damas de San Jorge, la Asociación Akarense, la Càmara de comercio Argentino – libanesa, el club Libanés, el hospital Sirio-Libanés, la Misión Maronita Libanesa entre otras.

Actualmente se estima en más de un millón y medio los ciudadanos de ascendencia libanesa. El ex presidente Carlos Menem es hijo de inmigrantes sirios.

Hubo también inmigración de origen armenio, gran cantidad de cuyos naturales fueron acogidos por el Líbano tras la persecución turca.

La afluencia de la población árabe tuvo tal dimensión que actualmente un diez por ciento de la población del país es de origen árabe[67].

[editar] Asiáticos orientales

[editar] Judíos

Se estima que en la actualidad, alrededor del 1% de la población argentina pertenece a la comunidad judía. El 80% que llegaron al país se establecieron en la Ciudad de Buenos Aires (actualmente en los barrios de Once, Flores, Villa Crespo) y en la Provincia de Buenos Aires. En el primer cuarto del siglo XX se asentaron también en las provincias del interior (Santa Fe, Entre Ríos). Si bien no se poseen datos fehacientes sobre los años de arribo, se puede señalar que entre 1846 y fines del siglo XIX, ocurrió la gran inmigración judía. En la década de 1890, llegaron a Argentina más de 30.000 judíos.

A mediados del siglo XIX los judíos que vivían en la Argentina no superaban los 100. En 1862, ante la proximidad de Peisaj, ese reducido grupo pensó en reunirse en una entidad comunitaria. Diez hombres se reunieron para orar y así nació la Congregación Israelita de Buenos Aires, más adelante llamada Congregación Israelita de la República Argentina. Su primer presidente fue Segismundo Aguerbag. En 1876 el gobierno argentino autorizó el ejercicio del Ministerio del Rabinato Judío., promoviendo el impulso de la inmigración judía desde el imperio ruso. En 1888 ocho familias de agricultores judíos inmigraron y fundaron Moisesville, en la Pcia. de Santa Fe. Luego 50 familias fundaron la desaparecida Colonia de Aronsville. En 1889, 824 judíos llegaron en el vapor Weser, desde Bremen. En general provenían de la región de Podolia en Ucrania. Respetaban estrictamente la religión y así como la vestimenta y el uso de barba [68].

En Londres se formó la Jewis Colonization Association, una empresa colonizadora dirigida por el Barón Mauricio Hirsch de Guereuth, con el fin de promover la inmigración judía desde los países en los que sufrían persecuciones. En 1891, el vapor Pampa rentado por el Barón Hirsch trajo 817 inmigrantes judíos desde Ucrania, Polonia, Lituania y Besarabia. Esta inmigración dio origen a las colonias de Carlos Casares y Entre Ríos [69].

En 1888 se publicó en Buenos Aires el primer periódico escrito con caracteres hebraicos, con el nombre de ``El Fonógrafo Hebraico´´, dirigido por Fabián S. Halevy. El 27 de septiembre de 1897 se colocó la piedra fundamental de la Sinagoga de la Congregación Israelita-Argentina, en Libertad 785, frente a la Plaza Lavalle, ceremonia a la que asistió el Intendente Municipal, Francisco Alcobendas [70].

La zona de proveniencia fue principalmente Europa Occidental, sobre todo Alemania y también Rusia, Rumania, etc. Las causas de la emigración se deben principalmente a las políticas opresivas (el zarismo del Imperio Ruso) o situaciones de crisis que ponían en riesgo la base económica de las familias judías. La discriminación (antisemitismo) que recibieron los judíos en Europa durante el período de entreguerras (Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial), especialmente por el nazismo, fue el motor para que embarcaran hacia los Estados Unidos y América del Sur.

A partir de 1928 [71], y especialmente desde 1938, la Argentina desarrolló una política migratoria marcadamente antisemita, destinada a evitar la inmigración de judíos y a negarles refugio ante las persecuciones que sufrían en Europa desde el advenimiento de Hitler.

En 1937, el cónsul argentino en Gdynia (Polonia), envió varias notas al ministro Carlos Saavedra Lamas, bajo el título "problema semita", que muestran la orientación general antisemita del gobierno argentino. En la carta del 14 de julio de 1937 puede leerse:

En 1938, Poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno argentino del presidente Roberto M. Ortiz, a través de una circular secreta firmada por el canciller radical José María Cantilo, se ordenó "a cónsules argentinos en Europa negar visados a 'indeseables o expulsados', en alusión a ciudadanos judíos de ese continente" [72].

El periodista argentino Uki Goñi sostiene en su libro "La auténtica Odessa" (2002) que ”probablemente ningún país tomó medidas tan extraordinarias para cancelar sus permisos de entrada a los judíos como Argentina” [73].

Pese a las restricciones, Argentina fue el país latinoamericano que incorporó más refugiados judíos entre 1933 y 1945. Desde 1928 el país recibió alrededor de 45.000 judíos europeos, de los cuales probablemente la mitad ingresó de manera ilegal [74].

En 2001 la cancillería argentina colocó una placa en la sede del ministerio en honor a doce diplomáticos argentinos que, a pesar de las prohibiciones contribuyeron a dar refugio a judíos perseguidos. El Centro Simon Wiesenthal y la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, han cuestionado la decisión debido a que al menos uno de esos honrados ignoró la situación de un centenar de judíos argentinos que vivían en Grecia, Holanda y Polonia y que los demás funcionarios solo cumplieron su trabajo consular [75].

En la Argentina hay una población estimada entre 200.000 y 400.000 judíos, la mayoría en la ciudad de Buenos Aires, ubicándose entre los primeros cinco países con mayor comunidad judía fuera de Israel, y como el primer país en América Latina[76].

En 1992 y 1994, la embajada de Israel en Argentina y la AMIA (Asociación Mutual Israelí Argentina), fueron objeto de dos ataques terroristas que dejaron 29 muertos en el primer caso y 84 en el segundo. Ninguno de ambos atentados ha sido esclarecido debido al evidente encubrimiento de funcionarios argentinos [77].

En la Argentina el antisemitismo ha sido un fenómeno endémico y sujeto a procesos complejos y contradictorios. Los gobiernos militares y los sectores militaristas y conservadores, utilizaron el antisemitismo como arma política para desestabilizar gobiernos constitucionales. Pero a su vez, los gobiernos constitucionales y los partidos políticos no han mostrado una clara política activa contra el antisemitismo [78].

La cultura judía ha realizado aportes considerables a la cultura argentina, en la ciencia, el arte, la música, el humor y los valores. A modo de ejemplo, uno de los tres premios Nobel con que cuenta el país, Cesar Milstein es judío; la música y los músicos judíos desempeñaron un papel fundamental en el desarrollo del chamamé, estilo folklórico de la Mesopotamia argentina [79].

[editar] Cuadros estadísticos

[editar] Migración neta

MIGRACIÓN NETA ( 1869 - 2001 )
Período Migrantes netos totales

( en miles )

1857-70 93
1870-1900 1.019
1900-15 1.514
1915-30 739
1930-40 220
1940-50 478
1950-60 602
1960-70 330
1970-75 290
1975-90 -21
1990-2000 -22
Fuente: Solimano (2002b); Ferenczi and Willcox (1929) and Maddison (2001).


TASA DE MIGRACION NETA ( 1869 - 2001 )
Período Migrantes netos

( promedio anual )

Población total del país

( promedio anual )

( en miles )

Tasa de migración neta

( por cada mil habitantes )

1870-1900 33.962 3.038 11,5
1900-10 108.416 5.702 18,4
1910-20 32.893 7.970 4,6
1920-30 83.991 10.349 8,2
1930-40 21.945 13.054 1,7
1940-50 47.752 15.491 3,1
1950-60 60.158 18.892 3,2
1960-70 32.969 22.277 1,5
1970-75 57.986 26.031 2,8
1975-90 -1,388 29.245 -0,05
1990-2000 -2,155 34.732 -0,01
Fuente: Solimano (2002b); Ferenczi and Willcox (1929) and Maddison (2001)

[editar] Extranjeros en Argentina

PROPORCIÓN DE EXTRANJEROS SOBRE LA POBLACION TOTAL
Año Población total Total de extranjeros Tasa media anual de crecimiento

( por cada mil habitantes )

Porcentaje de extranjeros sobre la población total
Total Varones Mujeres
1869 1.877.490 210.330 11,2%
1895 4.044.911 1.006.838 24,9%
36,0
1914 7.903.662 2.391.171 30,3% 34,9% 24,2%
20,4
1947 15.893.811 2.435.927 15,3% 17,4% 13,2%
17,9
1960 20.013.793 2.604.447 13,0% 14,2% 11,8%
15,6
1970 23.364.431 2.210.400 9,5% 10,0% 8,9%
18,1
1980 27.949.480 1.903.159 6,8% 6,9% 6,7%
14,7
1991 32.615.528 1.628.210 5,0% 4,9% 5,1%
10,1
2001 36.260.130 1.531.940 4.2% 4,0% 4,5%
Fuente: Lattes (1975) ; INDEC (1980) , (1991b) , (2001).


PORCENTAJE DE POBLACIÓN NACIDA EN PAÍSES LIMÍTROFES Y NO LIMÍTROFES
Año % de nacidos en el extranjero sobre población total % de nacidos en países limítrofes sobre población total % de nacidos en países no limítrofes sobre población total
1869 11,2 2,2 9,0
1895 24,9 2,9 22,0
1914 30,3 2,6 27,6
1947 15,3 2,0 13,4
1960 13,0 2,3 10,7
1970 9,5 2,3 7,2
1980 6,8 2,7 4,1
1991 5,0 2,5 2,5
2001 4,2 2,5 1,7
Fuente: INDEC (1997) , (2001).


TAMAÑO Y COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN NO NATIVA SEGUN PAÍS DE ORIGEN
País de nacimiento 1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001
Total 210.330 1.006.838 2.391.171 2.435.927 2.604.447 2.210.400 1.903.159 1.628.210 1.531.940
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
LIMÍTROFE 41.360 115.892 206.701 313.264 467.260 533.850 753.428 817.144 923.215
19,7% 11,5% 8,6% 12,9% 17,9% 24,2% 39,6% 50,2% 60,3%
Bolivia 6.194 7.361 18.256 47.774 89.155 92.300 118.141 145.670 233.464
2,9% 0,7% 0,8% 2,0% 3,4% 4,2% 6,2% 8,9% 15,2%
Brasil 5.919 24.725 36.629 47.039 48.737 45.100 42.757 33.966 34.712
2,8% 2,5% 1,5% 1,9% 1,9% 2,0% 2,2% 2,1% 2,3%
Chile 10.883 20.594 34.568 51.563 118.165 133.150 215.623 247.987 212.429
5,2% 2,0% 1,4% 2,1% 4,5% 6,0% 11,3% 15,2% 13,9%
Paraguay 3.288 14.562 28.592 93.248 155.269 212.200 262.799 254.115 325.046
1,6% 1,4% 1,2% 3,8% 6,0% 9,6% 13,8% 15,6% 21,2%
Uruguay 15.076 48.650 88.656 73.640 55.934 51.100 114.108 135.406 117.564
7,2% 4,8% 3,7% 3,0% 2,1% 2,3% 6,0% 8,3% 7,7%
NO LIMÍTROFE 168.970 890.946 2.184.496 2.122.663 2.137.187 1.676.550 1.149.731 811.032 608.725
80,3% 88,5% 91,4% 87,1% 82.1% 75,8% 60,4% 49,8% 39,7%
España 34.068 198.685 841.149 749.392 715.685 514.500 373.984 244.212 134.417
16,2% 19,7% 35,2% 30,8% 27,5% 23,3% 19,7% 15,0% 8,8%
Italia 71.403 492.636 942.209 786.207 878.298 637.050 488.271 356.923 216.718
33,9% 48,9% 39,4% 32,3% 33,7% 28,8% 25,7% 21,9% 14,1%
Otros Países 63.499 199.625 401.138 587.064 543.204 525.000 287.476 209.897 257.590
30,2% 19,8% 16,8% 24,1% 20,9% 23,8% 15,1% 12,9% 16,8%
Fuente: INDEC (1997) , (2001).


TAMAÑO Y COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN EXTRANJERA - 2001
Lugar de Nacimiento Habitantes Porcentaje respecto al total de extranjeros
AMÉRICA 1.041.117 67,96%
Países limítrofes 923.215 60,26%
Paraguay 325.046 21,22%
Bolivia 233.464 15,24%
Chile 212.429 13,87%
Uruguay 117.564 7,67%
Brasil 34.712 2,27%
Países no limítrofes 117.902 7,70%
Perú 88.260 5,76%
Resto de América 29.642 1,93%
EUROPA 432.349 28,22%
Alemania 10.362 0,68%
España 134.417 8,77%
Francia 6.578 0,43%
Italia 216.718 14,15%
Polonia 13.703 0,89%
Ex Yugoslavia 3.210 0,21%
Ex U.R.S.S. 4.156 0,27%
Resto de Europa 43.205 2,82%
ASIA 29.672 1,94%
China 4.184 0,27%
Corea 8.205 0,54%
Japón 4.753 0,31%
Líbano 1.619 0,11%
Siria 2.350 0,15%
Taiwán 3.511 0,23%
Resto 5.050 0,33%
ÁFRICA 1.883 0,12%
OCEANÍA 747 0,05%
Desconocido 26.172 1,71%
TOTAL 1.531.940 100%
Fuente: INDEC Censo 2001

[editar] Destino de los inmigrantes

Provincias con más de 5% de población extranjera (Censo 2001)
Provincia Población total Extranjeros % extranjeros sobre total
Santa Cruz 196.958 23.665 12,02
Ciudad de Buenos Aires 2.776.138 316.739 11,41
Tierra del Fuego, AA e IAS 101.079 11.200 11,08
Río Negro 552.822 48.416 8,76
Neuquén 474.155 33.999 7,17
Partidos del Gran Buenos Aires 8.684.437 596.766 6,87
Chubut 413.237 27.425 6,64
Jujuy 611.888 30.593 5,00

[editar] Origen de los inmigrantes hasta 1940

Inmigración a la Argentina por nacionalidad ( 1857 - 1940 )
Nacionalidad Cantidad ( en miles ) Porcentaje sobre el total
Italianos
2.970
44.9%
Españoles
2.080
31.5%
Franceses
239
3.6%
Polacos
180
2.7%
Rusos*
177
2.7%
Turcos**
174
2.6%
Alemanes
152
2.3%
Austrohúngaros***
111
1.7%
Británicos****
75
1.1%
Portugueses*****
65
1.0%
Yugoslavos******
48
0.7%
Suizos
44
0.7%
Belgas
26
0.4%
Daneses
18
0.3%
Estadounidenses
12
0.2%
Neerlandeses
10
0.2%
Suecos
7
0.1%
Otros
223
3.4%
Total *******
6.611
Fuente: Dirección Nacional de Migraciones, 1970

*Abarca a rusos blancos y alemanes del Volga.

**Los sirios, libaneses, armenios y griegos ingresaban con pasaporte de nacionalidad turca por ser parte del Imperio Otomano induciendo al error en el enrolamiento inicial.

***El Imperio Austrohúngaro se desintegró a fines de 1918 al culminar la primera guerra mundial. En su lugar surgió Austria, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia.

****El Reino Unido hasta 1922 incluyó a toda Irlanda, gran parte de los inmigrantes británicos -llamados entonces comúnmente "ingleses"- fue de procedencia irlandesa, sumada a la población de origen galés y escocés.

*****Portugal hasta 1974 poseía las siguientes dependencias Angola, Cabo Verde, Guinea Bissau, Macao, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe, Timor Leste. Un importante número de caboverdianos inmigró a la Argentina con ciudadanía portuguesa.

******El estado conocido genéricamente como Yugoslavia agrupó, entre 1918 y 1992, los actuales estados independientes de Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia.

*******La suma total incluye a los inmigrantes que volvieron a emigrar a su país de origen.

[editar] Referencias

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  2. "El flujo de inmigrantes latinos siempre fue considerado un problema, no eran ellos los bienvenidos contemplados en el preámbulo" de la Constitución Blanco sobre negro (2º Parte): La discriminación cotidiana y las políticas xenófobas, por Daniela Pierotti, El mango del hecha, Número 74 - Jueves 20 de Abril de 2006
  3. Rex González et. al., Historia argentina: Argentina indígena, vísperas de la conquista, Editorial Paidós, 1976, pag. 42
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  11. En Población negra en Argentina
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  14. Rex González et.al., Argentina indígena: vísperas de la colonia, Paidós
  15. Rex González et.al., Argentina indígena: vísperas de la colonia, Paidós
  16. Rodolfo Puiggros, De la colonia a la revolución, Buenos Aires, 1974
  17. Boleslao Lewin, La rebelión de Túpac Amaru y los orígenes de la Independencia de Hispanoamérica, SELA, Buenos Aires,2004
  18. La Región Aymara en Argentina
  19. Civilizaciones precolombinas e Imperio Español; Historia Universal Salvat. Tomo 12
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  40. El flamenco en Argentina, Flamenco World, por Betina Bracciale, 2003
  41. Entrevista de Uki Goñi a Roberto T. Alemann, Argenpress, 5 de febrero de 2004
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  51. [Gardel, la biografía, por Julián Barsky et.al, 2004-2005, cap. H (El pequeño Gardel)]
  52. [Gardel, la biografía, por Julián Barsky et.al, 2004-2005, cap. H (El pequeño Gardel)]
  53. La inmigración francesa en Argentina (1853-1920), por Marie Fauvet, Ici la France, 2006
  54. La inmigración francesa en Argentina (1853-1920), por Marie Fauvet, Ici la France, 2006
  55. La situación del pueblo Rom en la Argentina, por Jorge Martínez Fernández Bernal, Gitanos, Sitio del Diputado Alejandro Navarro, 2001
  56. La situación del pueblo Rom en la Argentina, por Jorge Martínez Fernández Bernal, Gitanos, Sitio del Diputado Alejandro Navarro, 2001
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  61. Colectividad chilena, Bajaron de los barcos, ONI
  62. Colectividad chilena, Bajaron de los barcos, ONI
  63. Colectividad chilena, Bajaron de los barcos, ONI
  64. Entrevista a Marcerlo Peña, Cónsul del Paraguay en Argentina
  65. No hay cifra exacta de peruanos en Argentina, Diario La República, 21 de octubre de 2003
  66. Cabe destacar que las semejanzas culturas y étnicas de uruguayos y porteños, hace que, en la ciudad de Buenos Aires, las diferencias sean muy poco notables dento de la población local, a diferencia de lo que ocurre con otras comunidades como los italianos, españoles, bolivianos, chilenos, japoneses, etc.Colectividad uruguaya, ONI
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  69. Plaza General Lavalle, por Leandro Briuoli et al, Monografías.com
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  72. Argentina: Grietas nazis en pasado encubierto, por Marcela Valente, 2005
  73. Argentina: Grietas nazis en pasado encubierto, por Marcela Valente, 2005
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[editar] Véase también

[editar] Fuentes

[editar] Bibliografía

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  • PAYRÓ, Roberto (1985), La Australia argentina, Buenos Aires: Hyspamérica.
  • RECHINNI DE LATES, Zulma; LATTES, Alfredo (1971), La población de Argentina, Buenos Aires: CICRED.
  • SARRAMONE, Alberto (1999), Los abuelos inmigrantes, Avellaneda:Biblos Azul. ISBN 987-9435-01.

[editar] Enlaces externos

Otros idiomas
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