Classici Stranieri

Sueño Georgiano cambió radicalmente en materia de libertades y derechos humanos

Un nuevo informe de PEN America, titulado «La represión cultural en Georgia», publicado el 2 de noviembre de 2023, documenta cómo la libertad de expresión ha caído en picada bajo el mandato de Sueño Georgiano, partido gobernante de Georgia, y cómo este deterioro marca un «movimiento hacia el autoritarismo» en el país. El reportaje constata que, más allá de los intentos del Gobierno por limitar la libertad de expresión, hay una clara y deliberada intención de dominar la vibrante escena cultural de país a pesar de la resistencia de la comunidad cultural: «Los artistas y escritores enfrentan consecuencias cuando parecen trabajar en contra de los intereses gubernamentales», escribe la autora del informe.

De acuerdo con la noticia, el hecho de que el partido gobernante haya implementado un cambio total en materia de libertades y derechos humanos es moneda corriente para los expertos que siguen a los procesos que se han materializado en el país, «en especial desde la invasión a gran escala de Rusia contra Ucrania en 2022″.

Pero Georgia se ha visto envuelta en una crisis política desde octubre de 2020, cuando el país celebró elecciones parlamentarias el 31 de octubre, que fue impugnada por grupos de opositores. Desde entonces, el país vio «dispersiones violentas de protestas, ataques e interferencia en el trabajo de periodistas y medios independientes, obstrucción del trabajo de activistas anticorrupción y una honda división entre la sociedad de Georgia y sus líderes políticos», afirma el reportaje.

Sumado al decadente historial del país en materia de libertades y democracia, el partido dirigente Sueño Georgiano también enfrentó críticas por su postura anti LGBTIQ+ y ha hecho cambios significativos con respecto a la relación que mantiene con Rusia desde que la invasión a Ucrania.

Los habitantes de Georgia han rechazado rotundamente la invasión rusa. Según una encuesta publicada por el Instituto Republicano en marzo de 2022, cerca del 90% del pueblo georgiano percibe a Rusia como una amenaza.

Sin embargo, el último informe de PEN report afirma que el partido Sueño Georgiano se ve «cada vez más bajo la influencia de Rusia e inspirado de forma directa por su libro de estrategias».

Una de dichas estrategias incluye un intento del partido gobernante de promulgar una ley de «agentes extranjeros» que sea propia de Georgia. El proyecto de ley «sobre la transparencia de la influencia extranjera» fue similar a la ley rusa de «agentes extranjeros» promulgada en 2012, que se ha utilizado para acabar con las disidencias y oposiciones en Rusia desde que está vigente. La legislación fue propuesta por un grupo de parlamentarios, exintegrantes de Sueño Georgiano, que renunciaron y crearon su propio partido, llamado Poder del Pueblo en agosto de 2022. Si se aprobara, la ley «obligaría las organizaciones no gubernamentales financiadas desde el exterior a registrarse como agentes de influencia extranjera», informó Eurasianet.

Sin embargo, según los autores del informe, han pasado desapercibidas «las amenazas contra el sector cultural de Georgia, componente esencial de la organización social georgiana, y los derechos de libertad de expresión, acceso a la información y participación en la vida cultural”.

Over the last two years, government intimidation, harassment, and interference in the work of critical voices in the cultural sphere have increased significantly, suggesting that the government feels threatened by a vibrant and independent cultural sector.

Durante los últimos dos años, han incrementado la intimidación del Gobierno, el acoso y la interferencia en el trabajo de voces cruciales del ámbito cultural, lo que sugiere que el Gobierno se siente amenazado por un sector cultural vibrante e independiente.

Entre otras de las preocupaciones mencionadas en el informe, está el nombramiento de puestos claves dentro del Ministerio de Cultura a personas ajenas a la institución (en algunos casos del Ministerio de Justicia), por ejemplo, la nueva ministra de Cultura, Tea Tsulukiani, designada en 2021 y que fue la anterior ministra de Justicia. Estas designaciones han tenido «un impacto significativo» al limitar y perjudicar «la influencia y el trabajo de profesionales independientes y capacitados en el ámbito cultural».

La guerra contra la cultura

El mundo literario, el cine, los museos y otros espacios de arte y cultura y la escena cultural de Georgia han retrocedido a partir de que Tsulukiani tomó el mando de su instalación ministerial en 2021. Desde entonces, el ministerio se ha visto envuelto en una controversia a raíz de lo que, según ella, fue su intento de «erradicar la presunta ineficiencia, corrupción y nepotismo de las áreas de su incumbencia».

Los teatros estuvieron entre los primeros blancos de la nueva ministra. Luego de la expiración de los contratos cuatrienales de los directores artísticos «algunos directores teatrales fueron designados sin concurso por decisión de Tsulukiani», informó Transparencia Internacional Georgia. Incluso cuando se anunció la competencia, los nuevos directores eran conocidos por su lealtad al partido gobernante.

Los siguientes en la lista fueron los museos nacionales. Según Transparencia Internacional Georgia, alrededor de 70 empleados fueron despedidos de la Agencia Nacional de Preservación de la Patrimonio Cultural y el Museo Nacional de Georgia entre 2021 y 2022 y, en algunos casos, llegaron a ser vetados de las instalaciones del museo.

Luego, llegó el turno del Centro Nacional del Libro, que también fue reorganizado y, según el informe de Eurasianet, llevó a un enfrentamiento entre escritores de Georgia y el Ministerio de Cultura.

La industria del cine también tuvo su cuota de controversia. A mediados de marzo de 2022, el Centro Nacional de Cine de Georgia (GNFC), agencia pública que auspicia proyectos cinematográficos y a su industria, vio que despedían a su director, Gaga Chkeidze, por malversación financiera. Según las investigaciones del informe de PEN, antes de su destitución, Chkeidze enfrentó un sinnúmero de interferencias del Ministerio de Cultura.

El informe agrega:

The Georgian government’s removal of leading researchers from cultural institutions and denial of grants andother resources to researchers risks undermining both the rights of those individual to culture and participation in scientific progress, and the rights of Georgians and others around the world to benefit from research, information, and knowledge in a number of scientific and cultural fields. The punitive actions and systemic assaults against the artistic and professional independence of Georgia’s cultural institutions, as well as against individual artists and professionals, will also have a chilling effect on freedom of expression in the entire country and further narrow civic space.

Los despidos de investigadores principales en instituciones culturales por parte del Gobierno de Georgia, sumada la negación de garantías y demás recursos para los investigadores, ponen en peligro los derechos de las personas dentro de la cultura y su participación en el progreso científico y el derecho de los ciudadanos de Georgia alrededor del mundo a beneficiarse de las investigaciones, la información y el conocimiento en diversos ámbitos culturales. Las acciones punitivas y abusos sistemáticos contra los artistas y la independencia profesional de las instituciones culturales de Georgia, así como contra artistas individuales y profesionales, tendrán un efecto estremecedor en la libertad de expresión de todo el país y darán lugar a la reducción del espacio cívico.

Quienes hablaron conPEN American afirmaron que la represión les recordó a la ocupación soviética «durante la cual, todo el arte y la cultura eran sistemáticamente reprimidos o explotados para fines propagandísticos del Gobierno”.

Aún queda por verse si Sueño Georgiano tomará nota de las recomendaciones enumeradas por PEN American en su informe, aunque las severas medidas tomadas por la ministra Tsulukiani desde su nombramiento en 2021 dejan pocas esperanzas.

Escrito por Arzu GeybullayevaTraducido por Mariana Ameller Petrinich · Ver artículo original [en]